Inicio Locales Megapuerto: chancayanos denuncian que obras destruyen humedales y causan daños ambientales

Megapuerto: chancayanos denuncian que obras destruyen humedales y causan daños ambientales

La construcción del megapuerto de Chancay ya ha avanzado en un 61% en cuanto al movimiento de tierras, según la empresa encargada Cosco Shipping Ports Chancay Perú, quien está encargada del proyecto en conjunto con la minera Volcan. Sin embargo, aún no se tiene una fecha exacta de entrega.

Los trabajos han ocasionado grandes perjuicios a la naturaleza bajo el argumento de ‘reactivación económica’, denuncia la ciudadanía. “El desarrollo tiene que ser sostenido. Acá no tiene nada que ver el capital gigante que a veces quiere abarcar todo, no tiene nada que ver. La gente depende de un desarrollo sostenido”, afirman.

Esta obra es estratégica para el comercio entre Asia y América, ya que por su ubicación sería parte de lo que constituye la llamada “Nueva ruta de la seda”, emblema del Gobierno chino de Xi Jinping. Así, buques de carga más grandes del mundo —que transportan más de 18.000 contenedores— podrán parar en Chancay.

¿Sabías que para esto se ha demolido gran parte del cerro El Cascajo? El consorcio tiene previsto disminuir la altura de 80 metros a tan solo 4 metros.

Este cerro protegía el humedal Santa Rosa, ubicado a 180 metros del proyecto. Son 89 especies de aves, 66 de flora y dos especies de peces los que ahora están en peligro.

“Otra cosa importante de los humedales son los servicios ecosistémicos que nos prestan. Por ejemplo, hoy tenemos acá un bonito clima porque los humedales te dan ese clima. Si desaparecen los humedales, vas a tener un clima muy adverso. Los humedales capturan CO2: eso significa que todo lo que se contamina en Chancay, en esta zona sur, sobre todo de la atmósfera, el humedal lo está purificando. Este humedal nos está dando aire puro, aire bueno y, con mucha más razón, para el futuro, porque toda ciudad va siendo contaminada por los efectos del hombre, ya sea por industrias, por transporte… Este humedal va a seguir limpiándonos”, apunta Williams Jurado, activista y presidente del Comité de vigilancia ambiental de los humedales de Santa Rosa.

Aves migratorias huyen de humedales por contaminación sonora

Desde ya, las obras del megapuerto dejan consecuencias para el medio ambiente. El estudio de impacto ambiental presentado señala que se generan aproximadamente 90 decibeles de ruido por todo lo que hacen en el lugar (para los humanos un nivel máximo de contaminación sonora es de 50 decibeles, mientras para las aves 40). De acuerdo a este documento, en los 180 metros se disminuiría el ruido que llega al humedal; sin embargo, expertos argumentan que esto no es posible.

“En el humedal cercano de Santa Rosa tenemos evidencia de que las aves se están moviendo, se están desplazando porque, efectivamente, las medidas de contención que ha propuesto la compañía para hacer frente al ruido, la perturbación, no son suficientes; y aparentemente nadie está fiscalizando tampoco”, apunta Juan Carlos Riveros, biólogo y director científico de Oceana.


El ambientalista Williams Jurado añade que, debido a la construcción y las voladuras que se hacen, gran cantidad de polvo ha llegado al agua. Lo que más le preocupa son las PM 2.5, que es materia particulada que por su pequeña dimensión se queda flotando en el ambiente e incluso puede desencadenar cáncer de pulmón, según la OMS.

“Eso va transitando por el viento y lo va trayendo al humedal. Entonces, va a ser acumulativo el proceso; y cuando ya funcione el proyecto, uno de los problemas que vamos a tener acá (en el humedal) son las luces y el sonido que se va a generar 24 horas al día”, afirma Riveros.

Riveros resalta que los ciclos de nutrientes y carbono, e incluso los ciclos climáticos, están siendo alterados. “En un escenario de cambio climático, de cambio global, lo mejor que podríamos hacer es preservar nuestros ecosistemas naturales. Si queremos salvarnos nosotros, como especie, debemos salvar nuestros recursos naturales, conservar las cuencas, conservar los bosques, conservar las praderas de algas… Los humedales son refugios clave de regulación climática, de productividad primaria, de generación de vida”, destaca.

Los vecinos del lugar están en contra del megaproyecto porque no han sido consultados sobre ello. Además, han hecho observaciones de las consecuencias que sus casas han sufrido, como las grietas en las paredes y techos debido a las explosiones. También se han quejado por el polvo que se desprende de la destrucción del cerro y los explosivos que utiliza la empresa encargada, ya que afecta sus vías respiratorias.

“El humedal, para nosotros, es un espacio natural que nos da vida, nos da belleza, es el futuro, porque si nosotros lo conservamos y sabemos hacer turismo sostenible, conservamos nuestras aves. El avistamiento de aves es un turismo muy rentable. Si queremos desarrollo económico, acá hay desarrollo económico también, pero tenemos que conservar lo que la naturaleza nos ha dado”, indican.

Estado no ha escuchado necesidades de la ciudadanía
Miriam Arce, presidenta de la Asociación de Viviendas y Medio Ambiente del Puerto de Chancay, afirma que ninguna entidad del Estado ha escuchado sus reclamos. “Es como si tú perdieras un familiar que ha desaparecido”, declara en relación con la situación en la que ahora se encuentran las playas.

“Yo no veo un desarrollo sostenible con este proyecto. Han autorizado un proyecto en una bahía pequeña, en un lugar que era sostenible en el tiempo, con todas las potencialidades naturales que tenía: turismo, agricultura, pesca y muchas otras cosas más. Y lo ha reducido a la expresión mínima de un proyecto, porque lo demás lo está matando”, añade.

Para el director de la ONG Oceana “es como si, de pronto, tuviéramos que el Estado le ha regalado una porción del territorio peruano a esta empresa para que haga lo que quiera dentro de ese espacio, para que no tenga mayores miramientos en lo que ocurre adentro, porque ya le aprobaron la certificación ambiental”.

Todas estas condiciones pueden llevar a que finalmente se dé un conflicto social, sostienen los expertos.

¿En tiempos de cambio climático severo, nos podemos dar el gusto de prescindir de humedales, de la naturaleza, de un desarrollo sostenible por megaproyectos de ‘reactivación económica’?

 

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