Tengo al frente a la divinidad del norte chico de Lima y le pregunto: —¿Jugaba usted como César Cueto?— y me dice: “Igual, lo que él hacía con la izquierda yo lo hacía con la derecha”. Y ríe. Y yo me sorprendo.

Pedrito Ruiz viste una camiseta futbolera porque el deporte sigue siendo su vida. Ahora trabaja en la Municipalidad de Huaral como director de la Escuela Deportiva, gracias a la gestión del alcalde Jaime Uribe Ochoa. Prefiere no hablar mucho del Unión Huaral porque está resentido con la actual directiva que no le da oportunidad a los chicos de esa provincia y prefiere que los representen jugadores del Cantolao.

Hay algo que se me viene a la mente cuando imagino que Ruiz era como Cueto: ¿Qué pasó? Se lo pregunto con respeto porque la razón de que no haya gravitado de acuerdo con lo que su fútbol era capaz de ofrecer podría ser dolorosa: “Fue por mi temor a volar en los aviones. Tenía contratos hechos con River Plate y con Peñarol, pero no acepté. Si pudiera retroceder el tiempo, hubiese hecho hasta lo imposible por remediar esa fobia, pero era imposible. No me arrepiento de mi carrera, pero sé que pudiera haber hecho mucho más”.

No hay equivalencia entre el temor de Pedrito a los aviones y su valentía para reconocer esa humana debilidad. En eso no es igual a Paolo Guerrero, quien por estos días está refugiado para no hablar del tema. “Yo comprendo a Paolo y le recomendaría que se trate médicamente. Sé lo que debe estar sintiendo porque cuando yo volaba a jugar por la selección sentía que mi partido —o mi guerra— más importante era bajar vivo del avión”.

Ahora con 61 años y por una rodilla que le pasa la factura por una carrera que duró desde 1966 hasta 1987, vive en reposo y ya no tiene necesidad de ir por los aires. “Mis amigos siempre me dicen que viajar en avión es más seguro que viajar en carro, pero yo les digo que encontrar el cadáver de alguien que viaja por pista es más fácil que ubicar a los que iban volando”.

Para el ex cerebral volante Guerrero y Vargas son los mejores jugadores peruanos de la actualidad, aunque critica ferozmente la gestión de Manuel Burga y entiende que la elección de Chemo del Solar fue un error “por su falta de experiencia. En mi tiempo era imposible que a Marcos Calderón le dijéramos que íbamos a renunciar a la selección; con Chemo cualquiera lo hace”.

Fuente: El Comercio