El 7 de diciembre ha sido designado para que se lleve adelante el proceso de revocatoria de las autoridades de los gobiernos locales como regionales a nivel nacional. Esta Consulta Popular, que permite poner fin al Mandato de la Autoridad elegida democráticamente antes de que se cumpla el periodo por el que fue elegido, es en la teoría un instrumento de control ciudadano pero que desgraciadamente se ha distorsionado para convertirse en un arma de revanchismos político o personal.
En el caso particular de la provincia de Huaral, apenas conocidos los resultados de los comicios regionales y municipales del 2006, los perdedores empezaron a manifestar sus intenciones de iniciar los procesos revocatorios apenas el JNE pusiera a disposición los planillones respectivos para la recolección de firmas. Decisión que han cumplido a cabalidad, pues, como es ampliamente conocido, se recolectaron firmas para revocar tanto al alcalde provincial, como a la casi totalidad de alcaldes distritales de la provincia huaralina; al final, solo tres de ellos quedaron aptos a ser llevados a consulta popular para que sean revocados o respaldados por sus electores.
En un proceso donde las exigencias para una revocatoria no pasan necesariamente por la incapacidad o la corrupción de la autoridad a defenestrar, sino más bien, como en el caso nuestro, las exigencias nacen de la sicologìa de quienes perdieron una justa electoral y la baja autoestima que ostentan no les permite asimilar la derrota y buscan revancha sin importarles el futuro de los pueblos que dicen defender.
Basta preguntar a los pobladores de los distritos donde se van a llevar adelante los procesos revocatorios, si quiénes están impulsando la misma, viven en el lugar o al menos los visitan constantemente, llevando en sus alforjas algo de lo que aprendieron en otros lugares. Podríamos inquirirles también, sobre cuáles han sido los aportes de estos señores para mejorar la calidad de vida de sus coterráneos. ¿Qué proyectos? ¿Qué gestiones? Todas estas interrogantes pueden ir acompañadas con muchas otras, pero estamos convencidos que no las podrán responder ni los futuros consultados ni quienes propugnan las revocatorias.
En el INFOGOB (Observatorio para la Gobernalidad del JNE), encontramos que en Sumbilca, uno de los distritos donde se va a realizar la consulta popular, el número de electores se ha incrementado en 30.70 %, de los cuales el 20.75% provienen de otras jurisdicciones. No podemos pecar de ingenuos creyendo que ésto es casual. Es una prueba más de como un instrumento democrático puede ser utilizado para llevar adelante venganzas políticas y/o personales, solo basta escuchar la perorata de quienes con el argumento de luchar contra la corrupción traslucen sus deshonestidades sin ningún rubor.
Los politiqueros que creen que el pueblo sufre de retardo mental y que éste debe estar siempre dispuesto a satisfacer sus protervos apetitos de poder, deben de recibir un rotundo NO ante tanta desvergüenza.
Luís Guerrero Colàn
AGENCIA HUARALINA DE NOTICIAS
