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COVID-19: RESPONSABILIDAD CIUDADANA PARA SALVAR VIDAS

A propósito de la oposición a la instalación de los centros de aislamiento Covid-19.

El coronavirus SARS-CoV-2, que, ha puesto en emergencia la salud mundial, creó la necesidad de una respuesta inmediata por parte de los encargados de gobernar los países afectados con la enfermedad Covid-19.

Situación que obligó a nuestro país a ingresar a un estado de excepción, en el cual, nuestro gobierno empezó a dictaminar las medidas necesarias para enfrentar la pandemia, todas ellas de cumplimiento obligatorio por parte de la población, de acuerdo a las recomendaciones emanadas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Van a cumplirse 60 días de la iniciación del aislamiento social (Cuarentena) y otras medidas completarías que decidieron aplicar para evitar la rápida propagación de la enfermedad, considerando que, el vehículo transmisor del virus es el ser humano.

A estas alturas, todo nos hace ver que los resultados no son los esperados.

La propagación del coronavirus sigue imparable e implacable, los hospitales colapsados por la incapacidad de poder atender a todos los contagiados con prontitud y eficiencia. Los fallecidos se suman diariamente.

Qué falló y qué sigue fallando.


Considerando que el gobierno está cumpliendo con su obligación prevista en la Constitución Política del Perú, en su artículo 7°: “Todos tienen derecho a la protección de su salud, la del medio familiar y la de la comunidad así como el deber de contribuir a su promoción y defensa…”
Vale preguntarse: Mientras el gobernante hace lo suyo ¿Qué hacen los gobernados?
En la respuesta a esta interrogante lamentablemente se encuentra una de las razones, por la cual, el coronavirus sigue propagándose, causando dolor y muerte, sin visos de ser detenido en un futuro cercano.
Esta crisis sanitaria nos está mostrando la poca importancia que le damos a todo aquello que significa ciudadanía.

El ciudadano que actúa responsablemente con un profundo respeto por la vida, dignidad y sus deberes como ser social, tenemos que reconocerlo, está ausente. Ocasionando que sean muy pocos, los que se sientan comprometidos con la obligación ética y moral de actuar activa y positivamente, a partir de la comprensión de que en el mundo, existen otros seres humanos que sufren y necesitan ayuda y solidaridad.

La indiferencia, insensibilidad y la anomia lacerante frente a la realidad que padecemos no está permitiendo la participación efectiva y responsable en la lucha contra la pandemia, incluso, a los podrían ser ellos o sus familiares las próximas víctima.

Periodista Luis Guerrero
@opiniogacetadelaire

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