En los últimos días, luego de la crisis de la Dirección Regional, Javier Alvarado hace lo indecible por recomponer su maltrecha imagen, pero sigue engañando a la población. Entrega Lap tops que provienen del Ministerio de educación y poco o nada tienen que ver con inversiones de su gestión regional.
Presenta el balance de supuestas obras de “impacto”, que son menos impactantes de las que él criticaba al gobierno anterior.
A decir de sus cercanos colaboradores, hoy transformados justificadamente en sus enemigos, el desarrollo de la región se ha detenido.
En su visita reciente a Huaral, docenas de niños sufrían vértigos y desmayos, porque lo esperaban desde la mañana hasta las 4.30 de la tarde, mientras él almorzaba opíparamente en el Restaurant La Estación, con sus funcionarios. Vaya consideración de este “homus político” y por supuesto, mientras se daba ante el espejo, los últimos toques de belleza a su ególatra figura que tanto busca promocionar.
Pero la realidad es un sol que no se puede tapar con un dedo. Cualquier predicador evangélico de plazuela, convoca a más personas de las que él junto en la plaza y su “enfermizo personalismo”, como lo calificó Robert Taboada, quedó demostrado en un folleto de fotos de él con distintas personalidades, que repartió entre los presentes. ¿Con qué dinero imprime estos álbumes fotográficos de alto precio?
Es difícil imaginar que este señor, que ahora tiene peligrosos enemigos, porque siendo de su entorno, conocen de que pie cojea (Así lo han manifestado); que tiene sumido prácticamente en el abandono a la Región, que tiene alrededor de 20 denuncias de peculado, falsedad genérica, de asociación ilícita, de malos manejos y sobrevaluación, pretenda llegar a la presidencia de la república.
Solo una ceguera absoluta le permitiría seguir abrigando este vano y volátil sueño, sobre todo, después de lo ocurrido en la región.
Javier Alvarado Gonzales del valle, ponte tu mameluco y trabaja con sencillez y humildad por la región. Sólo eso te puede elevar y catapultar a otros niveles políticos. No gastes mucho la plata en fotos, afiches y gigantografías con tu imagen. Eso no hace crecer a las personas en estos tiempos.
Los hombres se hacen grandes y son recordados, por sus buenas obras.
Por: Eloy Ángeles Alegre
