Los exámenes psicológicos y mentales que le practicaron a Carlos Antonio Navarro, presunto asesino del sacerdote franciscano Linán Morales Ruiz, lo describen como una persona poco sociable y con dificultad para controlar sus impulsos, informó “América Noticias”.
De acuerdo con la pericia psicológica, Navarro Fernández tiene explosiones de malhumor que lindan con la violencia, brutalidad, agresión extrema y podría atentar contra la integridad física de terceros.
Las evaluaciones concluyen que el sujeto que se encuentra detenido en la prisión de Huaral no sufre trastornos psicopatológicos que le impidan percibir la realidad, aunque sí un trastorno antisocial debido a carencias afectivas en su niñez. Además, evidencia pobre capacidad de juicio y conducta irreflexiva.
Finalmente, concluye que Navarro no evidencia sentimientos de culpa por agresiones ocasionadas y que respecto a la muerte de su protector, “no guarda el correlato afectivo esperado de aflicción y dolor, demostrando frialdad y cierta indiferencia afectiva”.
EN BUSCA DE EVIDENCIAS
Por otro lado, la policía volvió a la casa donde Carlos Navarro convivía con su pareja en Cañete y en presencia de un fiscal recogió botas y ropas que habría llevado el día en que el párroco Linán Ruiz Morales fue asesinado al interior del Convento San Francisco, ubicado en el Cercado de Lima.
En uno de sus pantalones se encontraron manchas que podrían ser de sangre. La policía también decomisó un cuchillo que halló en la vivienda. Aunque los efectivos encontraron varias películas al interior de inmueble no hallaron ninguna de corte pornográfico como la encontrada en la escena del crimen.
La familia de Carlos Navarro insiste en que el joven no estaba en Lima el día del crimen, sino en su natal Cañete.
El Comercio
