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Rúpac «La ciudad de Fuego»: su origen se remontaría a 2,000 años de antiguedad

La ocupación del sitio arqueológico Rupac, situado en la zona altoandina de la provincia de Huaral, al norte de Lima, se remonta a hace 2,000 años y no a 1,000 como se pensaba hasta ahora, reveló el arqueólogo Pieter Van Dalen Luna, quien afirmó que recientes hallazgos cambian el panorama cultural que se tenía sobre este complejo urbano preínca.

El sitio arqueológico Rupac se sitúa en lo alto de una gran montaña a 3,580 metros sobre el nivel del mar, dentro de la jurisdicción de la comunidad campesina de San Salvador de Pampas, en el distrito de Atavillos Bajo, provincia de Huaral del departamento de Lima.

Van Dalen Luna explicó que la zona donde se desarrolla la investigación arqueológica comprende los sectores Rupac como área nuclear; Corcopa, que se ubica a dos horas de camino más arriba y el cerro Chuquimango, ubicado en la cima del flanco montañoso andino a 4,800 metros de altitud y que fue el apu tutelar o divinidad más importante de las poblaciones que ocuparon Rupac, entre las que destacaron los Atavillos.

Hallazgos notables

El arqueólogo refirió que las excavaciones, iniciadas en junio de 2022, duraron cinco meses y comprendieron intervenciones en el exterior e interior de las construcciones de piedra de siete metros de alto y de forma cuadrangular y que presentan una serie de cámaras internas. Sin embargo, este proyecto pionero en el estudio arqueológico de Rupac tuvo una primera etapa de prospección en 2015, precisó.

Entre los hallazgos destacan osamentas de los pobladores de Rupac que muestran cómo eran enterrados en posición sentada al interior de las cámaras funerarias ubicadas en los recintos y cuyas puertas de ingreso eran cubiertas. “En ciertas épocas del año, los esqueletos eran extraídos de las tumbas para fines de culto a los ancestros que era una actividad muy difundida en esta zona porque significaba estar en contacto con los antepasados y generar bienestar social”, manifestó.

Violencia social

Pieter Van Dalen dio a conocer también que los restos óseos analizados en esta investigación arqueológica evidencian que hubo “violencia social” no solo con otros grupos humanos mediante guerras, sino también dentro de la misma población de Rupac.

“Hay signos de mucha mortandad infantil como contusiones, golpes y otros episodios de violencia. Ello diferencia a Rupac de otras culturas vecinas de la costa como Chancay, que en ese tiempo vivían en paz”, puntualizó.
Agregó que en las excavaciones se encontró evidencias de las relaciones que hubo entre las culturas de Atavillos y Chancay, que fueron sus contemporáneos y vecinos.

Producción metálica


En las excavaciones se hallaron también objetos metálicos elaborados en plata, cobre y aleaciones que estaban enterrados en chullpas y otras estructuras funerarias asociadas, pertenecientes a la cultura de Atavillos, que ocupó Rupac desde el año 1,000 hasta la llegada de los españoles.

“Este territorio de Atavillos fue una zona de alta producción metálica que fue aprovechada al máximo por la sociedad de entonces”, dijo.

Asimismo, se encontró cerámica fragmentada en grandes cantidades, algunas tablillas de cerámica decorada de la época de ocupación inca, así como artefactos líticos para producir objetos metálicos, textiles y cerámica, además de objetos domésticos para preparación de alimentos.

“Esto nos indica que hubo talleres artesanales en el interior de Rupac, donde se elaboraban vasijas y también elementos metálicos como prendedores, vinchas y otros adornos metálicos personales. También hemos encontrado algunos adornos hechos de cuarzo, láminas de metal correspondiente a pectorales, entre otros objetos”, detalló.

Primeros ocupantes de Rúpac

Comentó que los primeros ocupantes de Rúpac fueron poblaciones de agricultores y ganaderos que se establecieron en la zona y que interactuaron con pueblos de la costa –principalmente con la cultura Lima, como lo evidencian vestigios de cerámica- y de la Amazonía peruana, como lo muestran objetos elaborados con plumas de aves oriundas de la selva.

“Sin embargo, hacia el año 800 de nuestra era la sociedad en Rupac se complejiza y surge una entidad sociopolítica conocida como Atavillos cuya ocupación se extendió hasta el año 1450 cuando fueron dominados por los incas. Luego hubo un segundo periodo de dominación incaica hasta 1533. Y finalmente, hubo un último periodo bajo la dominación española, de 1533 a 1550 aproximadamente, cuando todos los sitios son desocupados mediante la ley de reducción de pueblos indígenas impuesta por la autoridad virreinal”, sostuvo.

La población de Rupac se trasladó no muy lejos de allí donde se fundó la localidad de San Salvador de Pampas, que en 1589 recibió la visita del entonces arzobispo de Lima, Toribio de Mogrovejo, quien bautizó a los habitantes tal como lo consigna el propio prelado en su libro de visitas pastorales.

¿Cómo llegar a Rupac?

Para visitar esta importante ciudadela preínca desde Lima hay que viajar por tierra hasta la ciudad de Huaral, distante dos horas de Lima. Desde allí se aborda un colectivo con dirección hacia la localidad de San Salvador de Pampas en un recorrido que dura alrededor de tres horas y media. Desde allí se inicia una caminata de 6 kilómetros hacia Rúpac, trayecto que demanda aproximadamente cuatro horas, dependiendo del estado físico de la persona.

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