De un tiempo acá, he venido recibiendo correos electrónicos que tratan sobre la posición encontrada de dos sectores: el Patronato Cultural de Chancay y la Municipalidad Distrital del mismo nombre, sobre trabajos realizados en espacios que corresponden a la cultura Chancay.
Sin embargo, es preciso señalar que, esta debió llamarse cultura del Pasakmayu, por lo extenso de su dominio. Puesto que, cuando hablamos de la cultura Chancay, no solo se trata de aquel grupo humano que habitó el Cerro Trinidad o Juan Velasco, sino, Chancayllo, Hatillo, Jecuán, Pisquillo Chico, Pisquillo Grande, Tronconal, Lumbra, Pancha la Huaca, Makatòn y otros diseminados mayoritariamente en los distritos de Huaral y Aucallama.
En cuanto a la discrepancia y acusaciones, por una parte, el ciudadano Antonio Bazán, en representación del Patronato Cultural de Chancay, viene denunciando los desaciertos de la actual gestión municipal, que encabeza el abogado Juan Álvarez Andrade en materia de cultura.
Por otro lado, la ciudadana Rosa Huarca, trabajadora del Museo Municipal, al parecer, en defensa del alcalde, ha salido a contradecir al Sr. Antonio Bazán, acusándolo, entre otros, de conflictivo.
Sin embargo, me parece que, antes de vivir agachado en un rincón donde nos dan de comer, es bueno salir a denunciar el abuso que, por ignorancia o conveniencia, cometen los que ostentan el poder. Equivocado o no el Sr. Bazán, se ha atrevido a denunciar lo que otros callan. Porque eso es lo que nos falta a los peruanos. Cariño por nuestra tierra, por nuestra historia, por nuestra cultura y no vivir engañados por unos cuantos aplausos, que a veces, los gobernantes prefieren hacernos escuchar, poniéndose de espaldas de aquella voz lejana que clama justicia.
Como poblador de este valle. Me solidarizo con el Sr. Bazán, de quien se dice o se da a entender que no habría estudiado una carrera de diez ciclos académicos. Pero, a veces, para hablar en nombre de nuestro pueblo, no es necesario ostentar muchos pergaminos.
Si bien es cierto que, algunos hemos obtenido títulos a nombre de la nación, eso no nos hace más perfectos ni nos otorga licencia para pretender cambiar el sentimiento, de quienes por siglos, llevamos la cultura de nuestros abuelos. Vale decir, desde cuando nacieron, crecieron y murieron en este valle. Por el contrario, no cesaremos en nuestro afán de proteger y difundir las bondades que tiene nuestra provincia de Huaral. Asalariados o no. El simple hecho de haber nacido en este valle, nos compromete a defender lo nuestro.
Con el respeto de siempre.