Señor, protege a esos seres que se han vuelto generosos
Aquellos que antes eran de corazón indiferente
Y, ahora, se han dado cuenta que en la vida,
Existe la generosidad, madre de la solidaridad.
Que se puede compartir sin nada perder,
Te pido por ellos, que los sigas protegiendo,
Estuvieron tanto tiempo ciegos
Y, hoy, ven el resplandor de la bondad.
Si antes en tus templos
Ni limosnas dieron, actualmente, las dádivas
Las reparten con fruición.
Tanta dicha en esos seres, nunca debe terminar,
Por eso te pido con tanta devoción
No pierdan ellos nunca, la alegría que da el compartir,
Ni siquiera cuando les digan, que quienes recibieron
Supieron elegir y prefirieron a quien nada les dio,
A no ser, la muestra de una verdadera decisión,
De luchar por ellos y con ellos,
En el lograr, que de una vez por todas,
Triunfen la sinceridad y la honradez. AMÈN.
Recomendamos, a nuestros amables lectores, que recen esta plegaria de acuerdo al postulante de su preferencia, porque algunos, lo van a necesitar más que otros. Solamente hagan un recuento mental de quienes ya están en campaña electoral y de los que prontamente se les unirán. Tenemos la casi seguridad de que ustedes compartirán con nosotros la misma opinión de que están, casi, irreconocibles.
Cosas de la política, la ambición por el poder muchas veces, es capaz de hacer lo que ni los milagros pueden lograr. Claro, que los cambios son efímeros, porque tienen la misma duración que el sueño de los candidatos.
Las ánforas suelen cumplir con los ingratos roles de desilusionador y demaquillador. Es que como dice la letra de una conocida canción salsera: “Todo tiene su final”.
