Demostrando que para conseguir unos cuantos soles que les permitan adquirir la droga para mantener su adicción, son capaces de cualquier cosa, se observó el día de ayer a unos fumones, en una de las calles laterales del cementerio La Huaquilla, desmantelando los ataúdes que quedaron expuestos a raíz de haberse derrumbado una de sus paredes.
Preguntados algunos vecinos sobre el destino que darían a la madera que están juntando sin ningún respeto por los restos humanos que terminan regados entre el desmonte del muro caído, expresaron que lo venderán a las anticucheras para ser usados como leña.