Los expertos a cargo del desenfardamiento de tres entierros de la cultura Chancay encontrados en el sitio arqueológico de Pisquillo, en la provincia limeña de Huaral, entregarán hoy los resultados de esta labor científica, iniciada en la víspera.
Esperan comenzar a develar los misterios que esconde esta civilización, que se desarrolló entre los años 1110 y 1480 DC, y darlos a conocer al mundo.
La tarea, encabezada por el jefe del proyecto arqueológico Pisquillo-Las Shicras, Walter Tosso, y Patricia Landa, directora de los especialistas, comprendió el retiro, uno a uno, de las telas cubren los restos de los que serían un adulto (el primero en ser tratado), un niño y un adolescente.
El primer fardo del adulto fue tela de algodón con listas o rayas marrones, considerado como el primer elemento del proceso, que implica, además, la toma de fotografías y la descripción minuciosa con fines de estudio.
La segunda capa representó una dificultad mayor al estar amarrada por diferentes cintas. Para desatarla se empleó bombillos, pinceles y pinzas.
Según Landa, esta labor es mucho más delicada que una operación quirúrgica en un hospital, y se es tan o más minucioso con lo que se tiene al frente.
Los entierros fueron encontrados a principios de este año como parte de las investigaciones que se llevan a cabo en la zona, resultado de la suma de esfuerzos entre el gobierno regional y los municipios de la provincia de Huaral y el distrito de Aucallama.
El sitio arqueológico Pisquillo está en el centro poblado de Palpa, del distrito de Aucallama. Tiene características monumentales y lo forman dos montículos denominados Las Shicras, del período arcaico tardío (2800-2000 antes de Cristo), conocidos como sector A.
En la parte inferior alberga un asentamiento arquitectónico Chancay (1110-1480 después de Cristo), llamado sector C, donde se hallaron los fardos.
Para el proyecto de investigación arqueológica se ha destinado más de un millón y medio de nuevos soles, entre el gobierno regional y los municipios. La región contempla destinar unos cinco millones para la siguiente etapa del proyecto.
ANDINA