¿Te imaginas ser dueño de un gran tesoro y tener que compartirlo con otras personas? Es muy poco probable que alguien pueda mostrar este tipo de actitud altruista. Pero los maestros son los profesionales más dedicados y generosos, ya que comparten el mayor tesoro que posee la humanidad: el conocimiento.
El 6 de julio se celebra el Día del Maestro en el Perú. En un país que cada día nos sorprende por su versatilidad lingüística, por su capacidad e inventiva sobresaliente de alterar palabras, crear anagramas, frases hechas y demás modismos de comunicación, la palabra «maestro» ha adquirido significados que van más allá de las aulas y se instalan en el imaginario de las personas de maneras diversas.
Pedrito Ruiz fue el maestro de los tiros libres en el fútbol peruano. Maestro es un término que usamos cuando entablamos conversación con alguna persona mayor que pinta canas. Inclusive utilizamos el término para enaltecer las virtudes de algún compañero, ya sea en ramas profesionales o en la vida misma. «Ese tipo es un maestro», decimos casi aplaudiendo cuando nos cuentan alguna anécdota digna de admiración.
Maestro y guía. Como un faro en la oscuridad que nos permite vislumbrar el camino que debemos recorrer. La frase «es mi maestro» se dedica únicamente a personas que nos cambian la vida con sus enseñanzas, con su ejemplo, con sus consejos. Y generalmente se aplica a personajes de nuestro entorno laboral, cuando en realidad nuestros primeros maestros se encuentran en casa (nuestros padres siempre cumplen esa función) y en nuestros colegios.
UNA FECHA CON HISTORIA
Durante la Independencia del Perú, el libertador don José de San Martín fundó la primera Escuela Normal de Varones mediante resolución del marqués Torre Tagle del 6 de julio de 1822. Años después, durante el gobierno de Manuel A. Odría y mediante Decreto Supremo del 4 de mayo de 1953, se instauró el 6 de julio el Día del Maestro para conmemorar este hito histórico en la educación de nuestro país.
El primer sistema de educación instalado en el Perú fue el lancasteriano, y la persona encargada de desarrollarlo fue el escocés Diego Thomson, quien también fue el primer director de la Escuela Normal de Varones. De acuerdo a este sistema, los alumnos más avanzados se convertían en monitores y contribuían a la mejor formación de sus condiscípulos.
PROFESOR Y MAESTRO
¿Existen diferencias entre profesores y maestros? ¿Profesores pueden ser muchos pero maestros llegan a ser unos pocos? La curiosidad es clave para ampliar horizontes. Al revisar el Diccionario de Lengua Española, notamos que el significado de la palabra «profesor» es bastante escueto: «Persona que ejerce o enseña una ciencia o arte». La palabra maestro, más bien, es pródiga en cualidades semánticas: «Dicho de una persona o de una obra: De mérito relevante entre las de su clase», «Título que en algunas órdenes regulares se da a los religiosos encargados de enseñar, y que otras veces sirve para condecorar a los beneméritos» y «Hombre que tenía el grado mayor en filosofía, conferido por una universidad», además de englobar también el concepto de profesor.
¿Tiene un maestro la misma categoría que un profesor? Parece que lingüísticamente no. Pero en la práctica, todos los profesores son maestros no sólo de la disciplina que enseñan sino de la vida en general. Brindan herramientas para que las personas se defiendan y afiancen su propia identidad en un mundo marcadamente inclinado a producir individuos en serie. Allí donde se debe afianzar el «yo» sobre el «nosotros» los maestros tienen el sagrado de deber de ser guías del conocimiento, amautas y hombres sabios.
Todos hemos sido alumnos en algún momento, y tal vez lo maravilloso de asumir el rol de maestro es que nos brinda la oportunidad de volver a asumir el rol de estudiante. Los maestros aprenden y se actualizan a medida que mantienen un contacto cercano y fraternal con sus alumnos. Las generaciones cambian a una velocidad vertiginosa y los maestros se mantienen jóvenes y vigentes a medida que la interacción en el aula y fuera de ella es provechosa y simbiótica. De esta manera se logra una común reciprocidad, así como un crecimiento intelectual y humano.
Y es que la labor del maestro no es cosa sencilla. Debe moldear con imaginación, estricto cumplimiento de los objetivos académicos y mucha paciencia a quienes serán el futuro de nuestro país, a quienes se encargarán de fortalecer una nación que se define por la heterogeneidad de su población, por la convivencia de diferentes formas de pensar y de actuar. De ahí que la tolerancia sea una de las virtudes más importantes a inculcar durante el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La historia reconoce como maestros destacados a una serie de personalidades como José Carlos Mariátegui, José María Arguedas, José Antonio Encinas Franco, Germán Caro Ríos, Carlos Cueto Fernandini, Horacio Cevallos, Emilio Barrantes o Augusto Salazar Bondy. Pero más allá de los nombres, el verdadero reconocimiento va para aquellos maestros quienes, tras un aparente anonimato, marcan una huella profunda en sus alumnos y son ejemplo vivo de entrega y trabajo.
En esta fecha, rendimos homenaje al maestro que enseña, orienta y conduce a la niñez y a la juventud por el camino del saber con el propósito de construir un Perú mejor, una patria grande.
El artífice de la educación es el maestro. Es el que debe inculcar en el estudiante – sobre todo con el ejemplo- el amor por el estudio, por el trabajo y el orden, cultivando en ellos, buenos hábitos, reforzando su autoestima para que en la vida sepan valerse por sí mismos y se desenvuelvan en cualquier actividad, con seguridad.
Por todo eso, huaralenlinea desea a todos los maestros del Perú un “Feliz día”