Refiriéndose al caso del Consejero Regional Oswaldo Merino, expresó que no debe actuar como ayayero del presidente regional. Su papel es fiscalizar, no estar a su lado en actividades donde no tiene nada que hacer, como en el homenaje a “Chiquito” Rossel, que fue una manipulación grotesca y repugnante de Javier Alvarado, que utilizó a niños escolares y a la población, para que su amigo Jorge Bartra lance su candidatura.
Alvarado es defensor de las empresas Buenaventura y Río Seco, porque cree que será el próximo representante de los ricos. Cualquiera sabe que para el 2016 ese representante es Alan García. Sueña despierto. Debería dedicarse a gobernar bien la región.
No puede decir: Vamos a apoyar a Río Seco, cuando se trata de una empresa que va a contaminar el ambiente, que sólo va a generar 59 puestos de trabajo y no le va a producir ningún beneficio a Huaral. Lejos de actuar responsablemente exigiendo que esta empresa no contamine el ambiente, sale a decir: Juntos vamos a hacer la inversión en Huaral. Esta es una payasada de Alvarado. Es un manipulador de la población. Igual manipuló en Cañete con el asunto de la sede regional, que quedó en nada.
La región necesita urgentemente de obras de impacto. Su famosa Interoceánica para el 2013 no va a estar ni en estudio. Gasta mucho en publicidad y lamentablemente hay gente que le secunda.
El no debe cuidar los intereses de nadie. Está para cuidar los intereses y garantizar el desarrollo de la Región, no para defender a los Benavides, a los ricos. Además no es el dueño de Huaral para decirnos que va a hacer los proyectos de Río Seco.
Río Seco se ha reunido con un grupo de personas que no son los representantes de la población y les ha presentado sus estudios de impacto ambiental y a todo el que se les pone al frente le ponen el cliché de que está en contra de la inversión privada. Cualquier inversión tiene que ser con responsabilidad social. Pueden tener dinero pero no pueden abusar de los huaralinos. Nos creen tontos. Debe haber más respeto por la Ley y la población. En el proyecto Conga ha quedado demostrado que el estudio de impacto ambiental estaba mal hecho.
Finalizó comentando que el alcalde Bazán debe cambiar de actitud y de funcionarios. Debe llamar a una concertación, hacer una amplia convocatoria para debatir los grandes proyectos de Huaral, con una visión de futuro.
