José Olaya nació en Chorrillos en el año de 1782.
En la lucha por la independencia de Perú, el prócer participó como emisario secreto llevando mensajes entre el gobierno (Callao) y los patriotas (Lima) a nado. Fue descubierto, apresado y sometido a tormento y condenado a muerte; a pesar de las torturas, nunca reveló su misión y prefirió tragarse las cartas encomendadas para la misión.
La independencia del Perú, declarada por primera vez en Huaura el mes de noviembre 1820 y el 28 de julio 1821 en Lima, solamente se había hecho efectiva en Lima y en el norte; pero Cusco, la sierra central y el sur aún estaban bajo el dominio del ejército realista. Cuando José de San Martín reconoce el poco apoyo que le dan las fuerzas políticas y militares, renuncia ante el Congreso Constituyente de 1822. El congreso nombra como presidente de la República a José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete y presidente del Congreso era, Francisco Javier de Luna Pizarro. El ejército realista, aprovechando que las tropas patriotas se encontraban lejos, toma Lima, obligando a los miembros del Congreso a refugiarse en la Fortaleza del Real Felipe en el Callao.
Es en este escenario, donde José Olaya, pescador de oficio, no dudó en servir de nexo entre las naves de la Escuadra Libertadora y los soldados de las fuerzas patriotas ubicadas en Lima, aunque eso significara recorrer campos y cruzar el mar nadando.
Apresado por el ejército realista, lo torturaron con el fin de obtener información sobre las fuerzas patriotas. José Olaya Balandra no se amilanó ante el dolor. Sufrió los 200 palazos y los 200 latigazos que le aplicaron, no cediendo aún cuando le arrancaron las uñas.
Finalmente, en la mañana del 29 de junio de 1823 pronunció la frase «Si mil vidas tuviera gustoso las daría por mi patria» y luego fue fusilado en el pasaje de la Plaza de Armas de Lima que ahora tiene su nombre: Pasaje Olaya.