Con su nacimiento en 1900 y su fecha de cumpleaños el 5 de abril, Marcelino Abad Tolentino está dejando huella en la historia del Perú al alcanzar la notable edad de 124 años, convirtiéndose así en el hombre más longevo del país.
Pese a presenciar varias de las etapas que ha atravesado la nación, recién a sus 119 años fue que entró a los registros oficiales del Estado. Don Abad Tolentino recibió su primer DNI en la provincia de Ambo, Huánuco, en donde la Unidad Territorial de Pensión 65 del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) lo encontró e hizo las gestiones necesarias para que accediera a una serie de servicios.
“Marcelino Abad, usuario emblemático de Pensión 65 en Huánuco, es el peruano que acaba de cumplir 124 años y va rumbo al Récord Guinness como el hombre más longevo del mundo”, escribió el Midis en su cuenta de X, red social antes conocida como Twitter.
Secretos para alcanzar su edad
Tras apagar las velas de su torta de cumpleaños junto a su amigos de la Casa Hogar “Mis Abuelitos”, lugar en donde reside desde el año 2022, se enteró que ya se están realizando las gestiones para que postule a los Récord Guinness como el hombre más longevo del mundo.
El actual poseedor de este título es el inglés John Alfred Tinniswood, quien tiene 111 años. Ingresó al Libro Guinness de Récords Mundiales como el hombre más viejo del mundo tras la muerte del venezolano Juan Vicente Pérez, quien tenía 114.
Durante la fiesta por su santo, que tuvo la presencia de miembros de la Policía Nacional (PNP) para armar un acto con la Policía Canina, el popular ‘Mashico’, llamado así por sus amigos por la solidaridad y bondad con la que vive, compartió el secreto para llegar a los 124 años sano y optimista.
Con mucho orgullo, confesó que es debido a comer los frutos que le proporciona la naturaleza, aunque también le gusta comer carnero, en diferentes platillos. En esa línea, dijo que bolea hojas de coca, como un hábito que adquirió desde sus jornadas de trabajo.
Asimismo, contó otro secreto de su longevidad: tener una vida tranquila. Sus arrugas y canas representan las experiencias que adquirieron con el tiempo y las alegrías que generó en las personas de su entorno. A pesar del peso que representa su edad, aún le gusta trabajar la tierra y cuidar animales.
En un reportaje que realizó el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, se describió que, aún cuando tenía 120 años, él mismo se encargaba de cultivar sus alimentos, cortar la leña con su acha, así como caminar por su terreno para plantar.