Un grupo de ambulantes de la Av. Cahuas, que operan frente al mercadito, enfrentaron a los fiscalizadores, a los miembros del serenazgo y a efectivos de la PNP, que intentaron desalojarlos de sus lugares de venta en dicha zona.
Al ex policía, jefe de fiscalización, le cuestionaron por pretender intimidarlos con calumnias y le reclamaron el uso de la violencia para poder erradicarlos. Le dijeron de todo. Entre otras cosas que con esa vehemencia erradiquen la prostitución y la delincuencia callejera.
En realidad el uso de vallas metálicas no significa ninguna solución al problema, al contrario lo agrava, pues se puede constatar que los ambulantes se ubican fuera de la valla y crean un caos vehicular en esa vía de intenso tráfico.
La solución debe contemplar la reubicación de los comerciantes en lugares donde puedan seguir desarrollando su actividad, pues son personas que con sus negocios, se ganan el sustento diario de sus familias.
Un ciudadano opinó que se debe buscar una solución más seria al problema, primero porque cada ambulante es el sustento de una familia y segundo porque la municipalidad hace gastos onerosos contratando una gran cantidad de personal para estas improductivas tareas de erradicación.
