Era tan pequeño para sostener y vencer ese terrible combate contra la Leucemia, pero con sus 4 añitos de vida lo hizo, soportando con valor y estoicismo las dolorosas consecuencias de esa feroz lucha contra el cáncer, dejándonos un ejemplo de temple y coraje.
Finalmente, el cuerpecito del pequeño valiente no soportó más los embates del mal y perdió la batalla, pero qué duda cabe que hoy disfruta del reino de Dios, convertido en un angelito celestial.
Con el profundo dolor que nos deja su partida, a quienes estuvieron enterados de su padecimiento, fue enterrado en el Cementerio Municipal de Los Naturales, y se pudo lograr que la banda del colegio San Juan Bautista, lo acompañe hasta su última morada.
¡Descansa en paz, pequeño Dylan, y que el Señor de el consuelo necesario a tu mamita y tus familiares!.