¡PARA NO CREER! Una curiosa ceremonia se llevó a cabo en México, cuando el alcalde de una provincia contrajo matrimonio con un caimán hembra, en una tradicional ceremonia que lleva más de 230 años de antigüedad.
Víctor Hugo Sosa, alcalde del municipio de San Pedro Huamelulas, en el estado de Oaxaca, le dio el sí a este reptil de nombre Alicia Rubí, a quien conocen en la comunidad como ‘Princesa’ y a la que vistieron de blanco para las nupcias, señala el New York Post.
Este peculiar evento obedece a una tradición que consiste en que todos los alcaldes del municipio se unan es santo matrimonio con este caimán para traer buena fortuna a su comunidad pesquera.
🐊❤️ ALCALDE SE CASA CON UNA LAGARTA en San Pedro #Huamelula, #Oaxaca.
Casarse con una lagarta viva es parte de una tradición que data de más de 230 años de antigüedad, la creencia dice que traerá suerte a los pescadores y abundancia en la comunidad.#Noticias #CentralQNoticias pic.twitter.com/Hvhle1CXIX
— Central Q Noticias (@CentralQNoticia) July 1, 2022
Mediante de esta celebración se conmemora el día en que dos etnias indígenas de México decidieron unirse a través de una boda.
‘Princesa’ es venerada como una deidad que representa la naturaleza y su unión con un humano simboliza la conexión de los humanos con lo divino.
“Es la cultura de los Huaves y los Chontales, es un casamiento entre la princesa lagarta y su servidor, esto con el fin de que haya abundancia en nuestro municipio”, comentó el alcalde Sosa en una de sus declaraciones.
Durante un tradicional pasacalle, ‘Princesa’ fue paseada por los lugareños por las calles del pueblo, mientras los hombres la celebraban con bailes.
La ceremonia, que se llevó a cabo en el palacio municipal, se realizó el pasado jueves y, según la tradición, esta lagarto debe usar un vestido de novia blanco y otras prendas de colores. Muchos grupos en el sur de México se han aferrado a su rica cultura indígena.
“Me enorgullezco de mis raíces”, señaló emocionada Elia Edith Aguilar, quien fue la madrina que organizó el evento. Aseguró que le preocupaba lo que se pondría el caimán, pero que todo se trata de “una tradición muy hermosa”.
