Los vendedores de desayuno de diversos puntos de la ciudad, aún no logran superar la crisis a la que fueron llevados por la pandemia, desde el 16 de marzo de este año. Ellos dejaron de trabajar durante 7 meses.
Luego de tres semanas de volver a comercializar sus productos, aún no logran alcanzar ni el 50% de las ventas a las que estaban acostumbrados hasta antes del 15 de marzo y que al inico de la pandemia también perdieron su capital, pues habían comprado sus productos que ya no fueron usados en su negocio.
Muchos son los factores a los que se debe esta baja de las ventas, una de ellas definitivamente es que gran parte de los clientes que antes compraban sus desayunos – para ir a sus trabajos – ahora quedaron despedidos, otros realizan trabajo desde sus domicilios, otro contingente de quienes compraban eran las madres de familia de los escolares, y como ellos ahora no van a clases, dejaron ese grupo de clientes, y por último, una gran parte no compra por temor a contagiarse.
Tratando de desterrar el temor de las personas, indican que cumplen con todos los protocolos de bioseguridad, antes, durante y después de que compran los productos, a los vasitos descartables, han agregado ahora las botellitas descartables, a fin que las personas puedan llevar desayuno a sus domicilios.
Esta misma realidad la están experimentando las personas que desarrollaban esta actividad comercial a lo largo de todas las ciudades de la región.