La historia de Josh Marshall, el padre que se tatuó en la cabeza la cicatriz de su hijo Gabriel Marshall, un pequeño de 8 años de Kansas a quien se le había operado de un tumor cerebral maligno (astrocitoma anaplástico) conmocionó las redes sociales, cuando Josh subió una foto de ambos con sus cicatrices. Lo que generó miles de mensajes de solidaridad. Este martes se ha conocido que el pequeño Gabriel había fallecido como consecuencia de su larga enfermedad.
Josh Marshall contó que su pequeño le pidió que le llevara a una juguetería y le compró una pistola de agua, sin saber que sería el último día junto al pequeño.
«Cuando llegamos a casa trato de despertar, pero cuando lo hice era como si no estuviera allí. Fue como a veces dicen que se fue a dormir, pero nunca se despertó. Sé que él sabía que no iba a tener muchos buenos días por delante pero ese día tuvo un maravilloso día fue el mejor día que tuvimos en un tiempo. Gracias Gabriel por darme un último regalo…Ese día increíble que vivirá en mi memoria para siempre», escribió el padre.
