El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tuvo gran impacto en todo el mundo y ha cambiado mucho la forma en que ahora vemos la carne roja en nuestro plato.
Si eres de los que ha pensado en abandonarla para siempre pero no tienes idea de con qué sustituirla, debes saber que hay alimentos ricos en proteínas que te permitirán hacerlo sin afectar tu salud.
El Huffington Post entrevistó al experto en nutrición Ata Pouramini, autor del libro Tú eres tu medicina, quien ha seleccionado cinco alimentos con alto valor biológico y brindó ideas de cómo prepararlos.
Pescado Azul
Es el preferido entre los alimentos que recomiendan los nutricionistas, debido a sus altos niveles de Omega 3, antioxidante y colesterol «del bueno». A ello se suma su gran nivel de proteínas, similar a las de la carne o el huevo. Pouramini propone consumir salmonete. Una forma de cocinarlo que le favorece es al horno con especias, cebolla y un simple chorro de aceite de oliva.
Legumbres
Las legumbres como la soya, las lentejas y las habas son las que más proteína contienen. Los garbanzos también son una buena opción y se pueden consumir como un paté con aceite de oliva, pimentón y un diente de ajo, al que se añade sal pimienta y limón antes de triturarlo. Los garbanzos contienen mucho calcio, fósforo, magnesio y vitamina A.
Huevos
A pesar de que se le relaciona con el colesterol, el huevo posee un positivo aporte graso y la proteína de más alto nivel biológico. La mejor manera de consumirlo es a la plancha, con solo una gota de aceite de oliva. De este modo, eliminas calorías, grasa y obtienes las proteínas que necesitas, y mucho mejor si lo ingieres en el desayuno.
Amaranto
Se encuentra en las dietas de los astronautas, pues posee un 16% de proteína vegetal y un balance positivo muy importante de aminoácidos esenciales. Se puede consumir como cereal, como harina o como pasta.
Semillas de chía
Son ricas en proteínas completas y poseen niveles estimables de calcio y magnesio, minerales esenciales y ácidos grasos omega 3. Puedes consumirlas con el desayuno, al mezclarlas con tu bebida, o agregarlas a las ensaladas, como se hace habitualmente con el sésamo.
