Mientras la noche del martes, congresistas y regidores del Partido Popular Cristiano (PPC) se reunían con la lideresa de la agrupación, Lourdes Flores, para evaluar la delicada situación de la precandidatura de Pablo Secada, el presidente del partido, Raúl Castro, prácticamente le bajaba el dedo a sus aspiraciones municipales, lo que ha hecho evidente que la división en el partido se está agudizando.
La crisis generada por las denuncias de violencia familiar contra Secada muestran claramente dos corrientes enfrentadas dentro del PPC, a pesar de que desde ambos frentes lo nieguen.
«No veo que hayan dos facciones. Lo que vemos es que ante esta situación, Pablo (Secada) en lugar de acudir al partido, recurrió a sus amigos», afirmó el secretario general del PPC, Rafael Yamashiro, pero aclaró que si bien tiene el derecho de hacerlo, consideró que la manera de manejar este asunto no ha sido la adecuada.
Por su parte, Castro lamentó –en un programa de televisión– que las denuncias contra Secada estén afectando a la agrupación. En medio de este revuelo, Castro afirmó que hoy se reunirá con Flores Nano «para tomarse un café».
Estos comentarios no cayeron bien en un sector. «El presidente y el secretario maletean en público a otros ¿Y debo responderles en privado?. El que quiera respeto, que respete», puso en su twitter el regidor Jorge Villena. En un tono más conciliador, el también regidor Alberto Valenzuela manifestó que el partido debe unirse y no estar en enfrentamientos públicos, para poder dar la pelea en las próximas elecciones municipales.
Secada ha repetido que su precandidatura sigue en pie y que se someterá al Tribunal de Ética. En tanto, ha sido invitado, entre otros regidores, a participar hoy en una actividad de Lourdes Flores en Chorrillos.
