La presencia del fenómeno meteorológico Yaku, ha servido para poner en claro que hay muchos problemas que Huaral afronta desde hace mucho tiempo y que ninguna autoridad ha sido capaz de resolver porque solo han gobernado con desaciertos e incapacidad.
Por ejemplo, los ciudadanos están cansados que cuando se enturbia el agua del río, se tenga que cerrar la bocatoma de EMAPA y no haya agua para grandes sectores de la población, cuando hace tiempo se debió hacer una atarjea, segura y con gran capacidad de almacenamiento para la gran cantidad de personas que hoy viven en esta ciudad.
El fenómeno Yaku expuso que dicha empresa, solo cuenta con un plan de contingencia que no llega a cubrir las necesidades de la población, poniendo tan solo 4 cisternas de agua para llevar el líquido elemento a los hogares huaralinos desabastecidos.
Pese a que periódicamente nos azota el Niño, la Niña y ahora Yaku, carecemos de obras de alcantarillado que puedan drenar rápidamente el flujo de las aguas en la vía pública. En todo se improvisa, se “ahorra” para luego mal utilizar lo que sobra.
Las pistas, incluso las más recientes, se han hecho tan mal, que en toda la ciudad se han llenado de huecos y perforaciones, por su mala estructura y porque se hicieron sin pensar en la grave erosión que ocasiona el agua.
Los ríos y las quebradas no han sido debidamente encausados y reforzados y se han desbordado causando grandes daños a viviendas y terrenos agrícolas, simplemente porque nadie pensó que vivimos en rodeada de quebradas, donde los huaicos son una constante amenaza.
