La caída de la economía venezolana, con un 800% de inflación, hizo que millones de ciudadanos del país migren a otros lugares del extranjero, especialmente a sectores vecinos de América Latina para buscar un futuro más estable.
Ahora la situación parece mejorar y mostrar algunos signos de recuperación. En marzo, el país sudamericano tuvo una tasa de inflación mensual de 1,4%, la más baja registrada desde septiembre de 2012; y en abril subió hasta 4,4%, aún muy por debajo del 24,6% que había registrado en abril de 2021.
Esto ha hecho que algunos de los seis millones de venezolanos que salieron de su país decidan volver, como es el caso de Fátima Camacho, que en abril de este año regresó a Venezuela con su hijo de 3 años desde Perú.
“El aislamiento que vivimos en Lima afectó mucho a mi niño, tuvimos que llevarlo a terapias. Y también culturalmente nunca logramos adaptarnos a Perú”, explica la joven en entrevista con BBC Mundo.
“Además, escuché que la economía mejoró un poco y quería pasar más tiempo con mi familia. Quiero que mi hijo disfrute de ella”, añade.
Aunque el esposo de Fátima se ha quedado en Lima por precaución a que la situación vuelva empeorar, ella señala que es testigo de “un movimiento económico” que no veía cuando decidió irse y que ha impulsado el regreso de otros compatriotas.
La producción de petróleo, principal fuente de riqueza para el Estado, comenzó a aumentar a finales del año pasado, después de tocar fondo en noviembre de 2020, cuando cayó a 434.000 barriles al día y ahora se mantiene ligeramente por debajo de los 700.000 barriles.
Por otro lado, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ubica a Venezuela como uno de los países que más crecerá en la región este año. La estima con una mejora del 5% del Productor Interior Bruto (PIB), mientras el Fondo Monetario Internacional apunta a un más modesto 1,5%.
El economista venezolano Luis Vicente explicó a la BBC que esta mejora se debe a las sanciones impuestas por Estados Unidos y el aislamiento del gobierno, que han hecho que el presidente Nicolás Maduro acepte una apertura económica.
“La mejora es evidente. Se ve que la gente está invirtiendo en negocios, se ve más mantenimiento en las calles, el venezolano ahora se da gustos de vez en cuando”, señala Fátima.
De la misma forma, la venezolana afirma que ha conocido a mucha gente regresando y que las salidas del país son menores que otros años.
En el 2018, Venezuela alcanzó su pico más grande éxodo con 1 850 000 personas migrantes, según datos de Datanálisis, pero ya en el año 2021, el saldo migratorio ha sido de -180.000 personas, que si bien aún es negativo, solo es un 10% de lo que fue en su cúspide.
Hasta el momento, el Estado de Maduro no ha dado cifras concretas de cuántas personas han vuelto a su país, por lo que es difícil calcular el número exacto de este fenómeno.