El iceberg más grande del mundo se desprendió de la Antártida hace pocos días. Se trata de un trozo de hielo gigante que tiene casi 80 veces el tamaño de Manhattan o, para ponerlo en otros términos, que es más grande que la isla de Mallorca en España.
El iceberg, que tiene forma de una tabla de planchar gigante, mide cerca de 170 km de largo y 25 km de ancho.
Además, con las cifras antes mostradas, este iceberg que se separó de la plataforma de hielo Ronne en la Antártida ha superado a A-23A, la anterior pieza que ostentaba este título con unos 3,380 kilómetros cuadrados y que también flota en el mar de Weddell. Según lo que menciona The Guardian, A-76 fue detectado por primera vez por el British Antarctic Survey y luego su existencia fue confirmada por el Centro de Hielo de Estados Unidos con sede en Maryland.
Ronne, la plataforma de hielo de donde se desprendió el A-76, se encuentra en el flanco de la península antártica y es una de las capas de hielo flotantes más grandes del planeta que conectan con la masa terrestre del continente e incluso se extienden hacia los mares circundantes. Los nombres de los icebergs son colocados según el nombre del cuadrante antártico en el que se detectaron inicialmente y luego se le agrega un número secuencial. Si se rompen, se añaden más letras para diferenciar los pedazos resultantes.
Por supuesto, esta situación ha generado preocupación entre los científicos ubicados en el continente antártico y la población en general debido a que esta separación se produjo porque, si bien la temperatura media de la Tierra ha aumentado un grado Celsius desde el siglo XIX, el aire sobre la Antártida se ha calentado más del doble durante los últimos años. Así mismo, este cambio climático ha aumentado la intensidad de las sequías, olas de calor y ciclones tropicales.