Viven para contarlo. Los pescadores rescatados en altamar luego de estar perdidos por 19 días, cuentan sus historias que transcurrieron durante esa convivencia con la naturaleza.
Afirmaron que no perdieron las esperanzas ni la fe, pero si el temor que nunca más sean encontrados.
Máximo Chinga y Jhon Castañeda, nos recibieron en sus viviendas para contar aquella detalles que muy pocos saben, pero que solo yacen en sus memorias y que serán imborrables.
“Calamos las redes para cazar pericos, y en una de esas pescamos una mantarraya y nos comimos su piojo al vapor. Les prepare a mis compañeros y les gustó” dijo Chinga en su morada en Carquin.
En tanto Jhon Castañeda, dijo que no era su hora, pues por la angustia y necesidad zarpó en dicha embarcación que ya tenía fallas en el motor.
Esta sobrevivencia y el reto contra la naturaleza no quedan otra que decir que “fue un MILAGRO” porque si no hoy estaríamos plasmando una crónica desagradable a vísperas de la Navidad.