17 parejas se casaron hace tres días en Huaral, pero esta no fue una boda cualquiera, ante un altar o una registro civil del municipio distrital. Este matrimonio masivo se realizó detrás de los barrotes en el penal de Aucallama (Lima).
Hasta esta lejana zona (a dos horas de la ciudad) llegaron las ilusionadas novias para encontrarse con sus parejas que purgan prisión en este penal, por distintos delitos. Una de ellas fuer Hilda que tiene cinco años de relación con Jenner Paredes, encarcelado por secuestro hace una década. Fruto de su amor, nació una niña hace dos meses.
Hilda tiene sentimientos encontrados, se siente feliz por el matrimonio civil, pero lamenta no poder estar permanentemente junto a su novio.
Por su parte, Jenner siente que esta unión con Hilda es el principio de una nueva vida. Así como Manuel Tapia, que agradece podre jurarle amor eterno a Marlene, pese a estar privado de su libertad.
Para las autoridades del penal, la realización de este matrimonio es muy positivo “porque el binomio Inpe Familia ayuda al tratamiento del recluso”, afirma Max Flores, Director Regional del INPE.
Este centro penitenciario es uno de los más hacinados del país, fue construido para 800 personas pero alberga a más de 4 mil presos. (La República)
