Por: Arturo Moreno *
¿Tendrá frutos el viaje político iniciado por Juan Álvarez Andrade para ocupar el sillón de don Luis Colán en la Municipalidad Provincial de Huaral? La decisión de postular fue anunciada por voz propia en diciembre del 2012. Antes, en el 2010 lanzó un tubo de ensayo a través de Carmen Carvallo. En entrevistas radiales durante el siguiente año y el que nos precedió también fue mejorando su experimento. Nos preguntamos –seguramente también usted amigo lector– ¿Estará preparado para pasar de ser un “exitoso alcalde” de Chancay a ser el candidato ideal para los vecinos de Huaral?
“Juanelo”, como es conocido en el vecino distrito portuario, dirige un segundo periodo edil y ciertamente muestra resultados que propios y extraños aplauden. Sin embargo, carga sobre sus hombros, a la vez, acusaciones pesadas que en la próxima campaña pueden ser el lastre que lo lleve a pique. Meritos se exponen e imputaciones de igual forma. Lo que importaría –ahora, a la distancia de las próximas votaciones– es identificar cualidades y capacidades del líder que pretende ser para sopesar si por fin Huaral tendrá un verdadero capitán, honesto, honrado y de pantalones bien puestos, o simplemente será otro insípido recluta, un grumete, que quiere dirigir para aprovecharse del cargo y lucrar.
Chancay es como es porque su pueblo ha entendido que la armonía para una mejor calidad de vida se logra con el esfuerzo de todos. El primor y el sosiego que de primera impresión se notan en esa ciudad no es conquista solamente de Álvarez. Deviene de varios periodos municipales y de otras mentes. Pero principalmente de su gente, por desarrollar su identidad, por valorar asuntos como la preservación ecológica, la religiosidad impregnada en la fe católica, el desarrollo del deporte, el arte y la cultura. Y todo aquello porque a la larga representa un status que les llena de orgullo.
Que tiene problemas sociales como delincuencia, drogadicción, prostitución, informalidad, es innegable. Son lacras que Álvarez no ha logrado acabar, y tal vez no los erradique porque no depende tan solo de él. Es menester que la PNP, el Ministerio Público, el Poder Judicial y las demás fuerzas sociales se involucren de lleno. Sin zafar cuerpo.
La informalidad revestida como vendedores ambulantes es algo que ponemos de relieve porque afea horriblemente a esa ciudad, y es reto que el alcalde no ha podido (¿O no ha querido?) cambiar. El Huaral se dio la erradicación en el 2004. Por entonces antecesores de Álvarez igualmente lo anunciaron, pero jamás se concretó. Esa es una muestra de falta de mano dura.
En cuanto a la competencia política, el abogado chancayano tendrá que poner en balanza muchos aspectos importantes como por ejemplo ¿quiénes serán los regidores que le acompañen? ¿De dónde serán? ¿Quiénes integrarán su plana de confianza: gerentes, subgerentes y directores? ¿A qué hombres y mujeres huaralinas está planificando llevar en su lista? ¿A qué jóvenes? ¿Quiénes serán sus “partner” en las comunas chancayana y aucallamina? Esta campaña municipal será muy difícil, con mucha suciedad, y para presentarse hay que trabajar con mucha planificación, con estudios de campo, encuestas políticas y sociales, planeamiento estratégico, posicionamiento y liderazgo. Aquí intervendrá la ciencia política y no las promesas del discurso barato o el “chamullo” florido. Repito mi cuestión: ¿Estará preparado Álvarez Andrade?
La improvisación pasa facturas muy caras. Si no veamos tantos ejemplos de ayer y de hoy en Huaral. Para empezar no ha definido partido político o agrupación cuya camiseta defenderá. Si está deshojando margaritas entre el Apra, Fuerza Regional y otras ofertas, me parece que por algo debe empezar y eso es tomar una decisión pronta. Tal vez a mitad de este año. Alargar las dudas desatiende las verdaderas intenciones y el procedimiento es inestable. Debe mostrar, por lo menos, un par de puntos “iceberg” de su plan de gobierno, de su plan de obras. En las entrevistas que ha brindado a radioemisoras de Huaral no ha expuesto nada aun. Habló como todos los políticos: mensaje genérico nada puntual. Por cierto, parece que no es comprensivo con todos los medios de comunicación. En Chancay –pueblo tan chiquito geográficamente– tiene tirrias.
En fin, Álvarez aparece en el firmamento político huaralino y pondrá sazón a la competencia. De eso no hay dudas. Lo que tampoco debemos dudar, nosotros los votantes, es que necesitamos una persona que brinde toda su sapiencia, su tiempo y sus ideas para sacar adelante a la ciudad capital y a la provincia en su conjunto. Que al llegar al sillón municipal no se encierre en una capsula ni que se convierta en un patán, que no se la lleve fácil ni que pretenda enriquecerse a costa del erario público. Obras hay muchas por hacer en esta provincia. Producir según la prioridad es necesario. En el Huaral de hoy, que sucumbe en el desinterés de sus moradores, todo está por hacer. Y eso sólo lo puede lograr un equipo que trabaje con inteligencia, que no esté pensando solamente en llenarse los bolsillos. La gravísima ineficiencia en el servicio –por ejemplo– de la limpieza pública, hay que voltearlo de pies a cabeza si aspiramos al menos que el centro de Huaral se vea como el centro de Chancay.