La «sala de operaciones» está lista. Los especialistas, entre antropólogos, arqueólogos y estudiantes -provistos de mandiles, guantes y mascarillas- pusieron en marcha la delicada tarea de practicar el primer desenfardamiento realizado a uno de los tres entierros encontrados en el sitio arqueológico de Pisquillo-Las Shicras, que corresponden a la cultura Chancay.
De esta manera, los enigmas que esconde dicha cultura, que se desarrolló al norte de Lima entre los años 1100 y 1480 después de Cristo, empezaron a ser descifrados hoy en la ciudad de Huaral.
Concentración absoluta. Los especialistas comenzaron a quitar uno a uno los textiles que cubren el personaje, que sería un adulto enterrado alrededor del año 500 de esta era.
“Ha sido la apertura, elemento por elemento, de un fardo funerario de un individuo del pasado prehispánico enterrado por motivos que no conocemos aún y fue envuelto por telas. Con ello estamos retrocediendo en el tiempo para saber quién fue, quiénes ocuparon este territorio”, sostuvo Walter Tosso, jefe del proyecto arqueológico de Pisquillo.
El entierro fue encontrado a principios de este año como parte de las investigaciones que se llevan a cabo en la zona, resultado de la conjunción de esfuerzos entre el gobierno regional y los municipios de la provincia de Huaral y el distrito de Aucallama.
“La cultura Chancay tuvo un importante desarrollo, tanto como las del norte y del extremo sur. Queremos rescatar ese valor perdido, no pensábamos encontrar fardos, pero ahora con ellos comenzaremos a entender su presencia, a través de los enterramientos”, añadió Tosso.
Resaltó que se trata de una labor de suma trascendencia, ya que es única en su tipo a nivel nacional, y en presencia de la prensa en un ambiente especial acondicionado en la Casa de la Juventud de Huaral. Los resultados serán dados a conocer mañana domingo.
“No hay museo en el Perú y el mundo que no tenga una pieza Chancay pero no conocemos de su pasado, la conocemos como objeto de valor real. Ahora la ciencia tratará de develar el misterio y conocerlo para su difusión”, añadió el especialista.
La primera capa que cubría el entierro fue retirada por Patricia Landa, directora del equipo de expertos a cargo del desenfardamiento. “Hemos visto que la capa exterior es tela de algodón, tiene listas o rayas marrones, ha sido nuestro primer elemento”, comentó.
La segunda capa representó una dificultad mayor al estar amarrada por diferentes cintas. “Lo primero que hicimos fue tomarle fotos, describirla y proceder a desanudarla. Para ello usamos bombillos, pinceles y pinzas”, explicó.
Esta labor, según los expertos, es más minuciosa que una operación quirúrgica. “No podemos perder ningún dato, Somos muy detallistas con todo, los antepasados hablan con los fardos”, remarcó Landa en una pausa del desenfardamiento.
El sitio arqueológico Pisquillo está en el centro poblado de Palpa, del distrito de Aucallama. Tiene características monumentales y lo forman dos montículos denominados Las Shicras, del período arcaico tardío (2800-2000 antes de Cristo), conocidos como sector A.
En la parte inferior alberga un asentamiento arquitectónico Chancay (1110-1480 después de Cristo), llamado sector C, donde se hallaron los fardos.
Para el proyecto de investigación arqueológica se ha destinado más de un millón y medio de nuevos soles, entre el gobierno regional y los municipios. La región contempla destinar unos cinco millones para la siguiente etapa del proyecto.
Las autoridades locales han considerado el desenfardamiento como un hecho histórico con miras a revalorar el sitio de Pisquillo-Las Shicras y ser a futuro un referente de investigación científica y destino turístico.
ANDINA .
Por Víctor Véliz, enviado especial