Hace unos días me preguntaron por qué los profesionales huaralinos, de los cuales hay muy buenos, no trabajan en su tierra en alguna institución pública como por ejemplo la Municipalidad de Huaral o en todo caso porque no se siente una participación más activa dentro de su localidad.
Sin embargo la participación existe, sólo que dependiendo de su actividad algunos están más vistos y otros más escondidos y cada quien aporta desde su posición, pero la pregunta iba más en dirección a la labor dentro del gobierno local, ya que en los últimos años quienes “planifican” y “ejecutan” el desarrollo de Huaral son foráneos como los catalogan muchas personas.
Esto no tendría nada de malo si es que Huaral fuera una ciudad presentable, sin embargo caminar en sus calles al lado de tanta basura, delincuencia, caos, etc., etc., etc. nos obliga a preguntarnos ¿y ahora quién podrá defendernos?, en busca de algún superhéroe o en busca de nosotros mismos y por ello la pregunta inicial.
Para muchos el tema de sueldos es decisivo, ya que el sector público generalmente no remunera a los profesionales como el sector privado; pero lo que considero más importante, aún más que el salario, son las condiciones y características de trabajo que puedan darse.
Es decir, en el sector privado generalmente se trabaja con planes bien definidos que buscan optimizar recursos y esfuerzos para obtener beneficios, en cambio en el sector público muchas veces no, ya que a pesar de cumplir con procedimientos y leyes, las autoridades no saben ni lo que hacen y convierten a la institución en un barco a la deriva y aunque tengan a los mejores profesionales del mundo su incapacidad no los dejará trabajar, o en todo caso los amigotes del alcalde (que no quieren ser opacados) se encargarán de hacerle la vida imposible al profesional hasta que se aburra y se vaya.
Y es por ello que la mayoría de profesionales se alejan de los gobiernos locales evitando trabajar en ellos y eliminando completamente la posibilidad de ser autoridad ya que muchos llegan a detestar la política, dejando el camino libre a los politiqueros, quienes aprovechan esto y cual parásitos viven del estado el mayor tiempo posible.
A pesar de todo esto existen, aunque pocos, profesionales que intentarán ser autoridad con la intención de mejorar su provincia, y para lo cual prepararán planes coherentes y se esforzarán en convencer amigos que los apoyen, pero al poco tiempo se darán por vencidos ya que les incomodará el juego sucio de la política y obtendrán muy pocos votos, porque no regalaron muchos polos y porque no engañaron a la gente.
Y de esto tienen mucha culpa ciertos “líderes de opinión” (periodistas, comunicadores sociales etc.) quienes convencen a la población (porque les pagan) que tienen que elegir de alcalde a los que siempre andan postulando, so mérito de ser luchadores sociales, personas con conciencia social y ahora también ambiental, y por ende lo mejor para Huaral, dejando de lado a quienes tienen una idea clara de la función de un gobierno local.
Arquitecto: Luis Ramos Ostos