El director de Hidrología Operativa del Senamhi, Juan Arboleda, descartó hoy la ocurrencia de un nuevo desborde del río Huaycoloro y de eventos similares en las cuencas de los ríos Rímac, Chillón y Lurín que recorren diferentes distritos de Lima.
El representante del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) explicó que durante esta temporada se podrían registrar lluvias localizadas en algunos puntos de dichos ríos, pero sin riesgo de desborde.
“Se estima que habrá lluvias específicas más al norte de Lima, como en Pativilca, Huaura y Chancay, con un incremento de caudal pero no tan significativo como los últimos días. No hay riesgo de desborde en la capital”, afirmó el especialista del Senamhi a la agencia Andina.
En el caso de Chosica, el ingeniero detalló que un nuevo desborde está descartado porque no se avisoran nuevas precipitaciones en las quebradas Jicamarca y Arahuay que, sumadas a un mal manejo de la cuenca por parte de empresas del lugar, propiciaron el desborde del último sábado, según dijo.
“Tengo entendido que para transitar sus volquetes tienen que rellenar el cauce con material, eso ha generado un embalse y se ha ido acumulando el agua. Cuando ese material ya no soportó se ha reventado y ha venido ese volumen de agua”, comentó el especialista.
Arboleda indicó que tampoco existe la posibilidad de un desborde en el cauce del río Rímac porque el caudal del mismo se encuentra en 64 metros cúbicos por segundo (m3/s), considerado como estable y muy cercano a su promedio histórico.
Refirió que la alerta en esa cuenca podría darse cuando el nivel del caudal llegue a 140 m3/s, lo cual está descartado hasta mediados de abril, es decir, al término de la temporada de lluvias que repercuten en Lima.
También descartó un desborde en el río Chillón y Lurín porque el nivel de sus caudales -de 13 m3/s y 8m3/s, se encuentran en el margen estable. «Podría haber riesgo si los caudales superan los 40 m3/s y 25 m3/s, respectivamente».
El especialista destacó que los municipios de distritos aledaños el río Chillón, como San Martín de Porres y Los Olivos, han ejecutado trabajos de encauzamiento y protección de las riberas, lo que impediría su desborde en una eventual crecida del caudal.
Arboleda manifestó, sin embargo, que siempre hay viviendas construidas precariamente al borde de los ríos y que se vuelven puntos vulnerables cuando la crecida del agua es más de lo normal.
«En una eventual crecida del río Rímac, algo que no está pronosticado por el momento, sí podría afectar considerablemente las viviendas construidas precariamente en la zona de Naña, Chaclacayo y Morón, donde no se han realizado obras de encauzamiento ni limpieza», según advirtió.