Dr. José Ramos Casazola
Cuando me embarga la impotencia, frente a la venalidad del Jurado Nacional de Elecciones, pienso que Carpócrates tenía razón, el sostenía “que el mundo era una creación de ángeles caídos privados de su pureza originaria y por ello esta creación es mala”, y me acuerdo de Jorge Luis Borges, quien en obra Discusión (Pág. 258 Obras completas Editorial Instituto Cervantes)cita a Novalis quien señala “El mayor hechicero sería el que se hechizara hasta el punto de tomar sus propias fantasmagorías por apariciones autónomas. ¿No será este nuestro caso?”, y Borges le responde “yo conjeturo que así es. Nosotros (la indivisa divinidad que opera en nosotros) hemos soñado el mundo. Lo hemos soñado resistente, misterioso, visible, ubicuo en el espacio y firme en el tiempo; pero hemos consentido en su arquitectura tenues y eternos intersticios de sin razón para saber que es falso”
Ante la evidencia suprema de la maldad, y la falsedad ¿que podemos hacer?, renunciar a la lucha, desmayar en el intento de cambiar este mundo, Marx decía que “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo”, de esta frase, han pasado más de 150 años, sin embargo seguimos intentando cambiar este mundo, en esencia malo.
El Jurado Nacional de Elecciones, máximo tribunal Electoral de la República, compuesto por cinco “honorables magistrados”, ha emitido una resolución, digna de colgarla en el museo eterno de la putrefacción, exhibirla como la quinta esencia y el non plus ultra de la consunción y la depravación moral y enseñarla impúdicamente a los jóvenes estudiantes de derecho, como ejemplo de vileza y de cómo sacarle la vuelta a la ley impunemente.
Los doctos magistrados del Jurado han violado el principio de Economía Procesal, han birlado el principio de celeridad procesal, han convertido su propia resolución en una aporía eleática, digna de una paradoja de Zenón, para poder esconder su verdadero y oscuro propósito, que no es otro que, el de otorgarle tiempo al “eximio” señor alcalde de Huaral Jaime Cirilo Uribe Ochoa, para que pueda «ganar» el recurso de casación, actualmente pendiente de resolver en la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema. Dicho favor nos lleva a conjeturar que detrás de dicha resolución, tiene que existir por lo menos una componenda, ya que resulta absurdo que el Jurado Nacional de Elecciones avale gratuitamente las tinterilladas de Uribe, al sostener que la reconsideración no fue admitida el 25 de Noviembre, ya que en el hipotético caso de que no fuera así, entonces habría que preguntarle al Jurado ¿por que no se resolvió el recurso de re- reconsideración el 25 de Enero, y la re-re- reconsideración del 11 de Febrero,? Estas tres reconsideraciones son la prueba plena del actuar indebido del alcalde y los regidores, y por lo tanto, lo que debió hacer el Jurado es pronunciarse sobre el fondo del asunto y no lavarse las manos como Poncio Pilatos. Con la resolución que retrotrae el expediente al Concejo Municipal, estos “sabios y probos magistrados”, otorgan patente de corso a partir de la fecha, a las tropelías, las barrabasadas jurídicas y las leguleyadas de los Alcaldes, para impedir su suspensión o vacancia.
Es menester resaltar, que el Jurado en su anterior Resolución, que fue materia del recurso extraordinario de revisión, sostenía que el recurso de Reconsideración interpuesto por Uribe contra el acuerdo de Concejo, se debía entender como apelación, sin embargo hoy cambia de criterio impunemente, como si fueran dioses que están más allá del bien y del mal, sentados en su trono con sus laptop, como si se tratara de un Olimpo moderno, miran con desdén, con soberbia, y con pedantería, tratando de simular su consunción ética y moral, pero lo que es más grave, tienen el desparpajo de predicar ante la opinión pública, con lenguaje engolado y patético, un discurso en pro de la moral, de la justicia y del estado de derecho; siento vergüenza ajena de tener un Jurado Nacional de Elecciones, capaz de proteger el miasma de la corrupción, me resisto a creer que pueda existir tanta inmundicia en mi país, ojalá este nuevo gobierno escuche las palabras de Marx e intente transformar las instituciones, para que los ciudadanos empecemos a creer, que es posible vivir en una república democrática, en un estado derecho, donde la Ley este por encima de todo, donde los magistrados de cualquier nivel no tengan ninguna justificación para inaplicar la Ley y no caigan seducidos ante el poder político o ante el vil metal.
Para finalizar este artículo permíteme querido lector, paliar mi indignación y sufrimiento ante la oprobiosa resolución de marras, citando un verso del gran vate peruano en su maravilloso poema en prosa titulado Voy a hablar de la esperanza “Yo no sufro este dolor como César Vallejo. Yo no me duelo ahora como artista, como hombre, ni como simple ser vivo siquiera. Yo no sufro este dolor como católico, como mahometano ni como ateo. Hoy sufro solamente.
Si no me llamase Cesar Vallejo, también sufriría este mismo dolor. Si no fuese artista, también lo sufriría. Si no fuese hombre ni ser vivo también lo sufriría, si no fuese católico, ateo, ni mahometano, también lo sufriría. Hoy sufro desde más abajo. Hoy sufro solamente.
Me duelo ahora sin explicaciones”,
Zavalita se preguntó en la novela de Vargas Llosa Conversación en la catedral “en que momento se jodió el Perú”, yo pienso, no sería mejor decir: En que momento dejarán de joder al Perú.
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