Inicio COLUMNISTAS Luis Guerrero Encuestas: ¿opinión de quién?

Encuestas: ¿opinión de quién?

A resultas de la justa electoral del próximo año, han aparecido nuevamente, los “especialistas” en el conteo de opiniones y de favoritismos, para entregarnos estadísticas, al parecer, producto de raleadas consultas populares. Hasta nos atreveríamos a decir, algunas sospechosas de no haberse llevado a cabo.

Si los resultados de las encuestas respondieran a un trabajo técnico bien elaborado, en buena hora que éstas se lleven a cabo y las den a conocer. Pero, desgraciadamente, en los últimos años han proliferado diversas “empresas” encuestadoras que nos han entregado informaciones distorsionadas. Lo que ha traído como consecuencia, que los sondeos de opinión, hayan quedado en entredicho. Ni siquiera las de mayor prestigio logran, a estas alturas, convencer con sus resultados.

Al parecer estas “investigaciones” de opinión pública solo encuentran aceptación entre los aspirantes al manejo de la cosa pública. Son ellos los que las toman como un argumento de análisis, a la hora de elaborar sus estrategias políticas, sin darse el trabajo de contrastarlas con otros indicadores.


Son muchas las víctimas de estos sondeos ficticios. Candidatos que han visto frustradas sus ambiciones de poder, por atenerse a resultados que los hacían aparecer como los preferidos del electorado y que, posteriormente, no se reflejaron en las urnas. A pesar de ello, las encuestas siguen siendo su cartilla de pronósticos, donde tratan de encontrar el número que los conviertan en ganadores del premio mayor.

Ese vaivén que vuelve nauseabunda la política, tiene su nacer en esta clase de encuestas, en un país donde las canteras de oportunistas están en permanente producción, esta suerte de fiesta hípica, lleva a que se conformen alianzas contranaturales, donde las convicciones son reemplazadas por las conveniencias, las ideologías convertidas en una suma de intereses particulares y son incentivadoras del correr de personajillos, que van de un “stud” político a otro, ofreciéndose como integrantes de la “caballeriza” que pronostican ganadora.

La campaña electoral ya empezó, pero, ni por pienso ni por sueño, podemos tener la esperanza que ésta sea diferente a las anteriores. Quizás, la diferencia podría estar en que puede ser peor, por la forma en que están actuando, quienes ya no esconden su interés de ocupar los cargos públicos puestos en elección.

Se hace necesario realizar una encuesta con una sola pregunta: ¿Cree usted en las encuestas? Señor lector lo dejamos soñar con el resultado.

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