En septiembre de 1955, durante el gobierno del general Manual Odría, se promulgó la Ley No. 12391 que facultaba el derecho de ciudadanía a la mujer peruana. Fue una reivindicación de los derechos de la mujer luego de la marginación amparada en la Constitución de 1933.
Los debates y discusiones de la clase política de la época tuvieron como principales protagonistas a las siguientes luchadoras: Clorinda Matto de Turner, quien propugnó el derecho a la educación para las mujeres; María Jesús Alvarado, quien fundó la primera asociación feminista del Perú y Zoila Aurora Cáceres, quien proclamó el derecho de la mujer al voto político y a la igualdad jurídica.
En este marco, en las elecciones de 1956, las mujeres participaron por primera vez del proceso electoral como electoras, miembros de mesa y candidatas, resultando elegidas nueve representantes.
Una de las primeras batallas que protagonizaron las mujeres para lograr esta apertura hacia la igualdad cívica se dio en el terreno de la educación. Si bien es cierto la educación primaria se hizo obligatoria en 1866 para hombres y mujeres, la educación secundaria se dirigió excluyentemente a los varones; y la lucha mayor fue por el derecho a la educación superior. Las mujeres no se dieron por vencidas y además de seguir propugnando la igualdad educativa se convirtieron en soporte fundamental de las Jornadas de Mayo de 1912 y de la lucha por la jornada de las ocho horas.
En su artículo «La mujer y la política» publicado en la revista Variedades en la ciudad de Lima el 15 de marzo de 1924 señaló: “Uno de los acontecimientos sustantivos del siglo veinte es la adquisición por la mujer de los derechos políticos del hombre. Gradualmente hemos llegado a la igualdad política y jurídica de ambos sexos…”
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