Por JUAN PUEBLO
Al transitar por la Avenida del Solar, no podemos dejar de sentir una mezcla de rabia e indignación por la forma tan injustificable en que nuestras autoridades dilapidan el dinero que tanto sacrificio cuesta reunir con el sueño de vivir en una ciudad que nos llene de orgullo a todos los huaralinos.
Es que realmente cuesta aceptar que se haya gastado tanto dinero en algo que en tan poco tiempo ya no sirve para nada. En esta obra, los adoquines de las aceras empezaron a hundirse apenas a 2 meses de concluida la obra y de las plantas ornamentales no queda casi ninguna. Se fueron secando por una deficiente obra en su sistema de riego. Y no hablemos de los boulevards que deberíamos tener en cada entrada y salida de Huaral, con las plantas de sauce por las que se pagó 21 soles por cada una.
Qué lástima que muchas obras terminen así. Sin oficio ni beneficio. Y nosotros, campeones de la amnesia cívica y política, que estamos a punto de vivir una nueva “fiesta electoral” y acostumbrados a tropezar una y mil veces con la misma piedra, olvidemos este tipo de cosas.
Ojalá que los candidatos lo recuerden, cuando llegados al poder, tengan que gastar el dinero del pueblo.