A Iván Thays, le han hecho un apanado con tacu tacu a lo Tato, un pan con pescado, le han inoculado a la vena insultos por doquier, solamente por expresar su opinión, lo que demuestra que nuestra sociedad no es muy tolerante con la opinión ajena, con el derecho irrestricto a decir lo que pensamos.
Que a Thays no le guste la comida peruana o que la considere indigesta, es su derecho y el ejercicio de su autonomía y su libertad, no necesariamente tiene que gustarle, sin embargo debemos recordar, que nuestro querido César Hildebrandt, en un artículo publicado en la primera y recopilado en su libro “Una piedra en el Zapato”, no fue muy generoso en su comentario, respecto a nuestra gastronomía, pero en aquella época, no hubo tal revuelo, ni tanto escándalo, ni se hizo acreedor del odio popular .
Dice por ejemplo César Hildebrandt en su artículo “Crítica de Sazón dialéctica”, “De tanto Gastón Acurio y tanta orgía de sabor y tantos Perú mucho gusto diré, sencillamente, que a mí la comida peruana no me gusta, que no me rindo ante ella y que tengo algunas razones que La divina Comida no tendrá nunca en cuenta”
“La comida peruana es como ver a Maribel Verdú vestida por los Talibanes. O sea que en la comida peruana lo principal esta oculto y a veces bien oculto”.
“Carnes ahogadas en un mar de cebollas, pescados masacrados por la piconería de un rocoto, aliños haciendo de protagonistas: esa es una síntesis de muchos de nuestros manjares”
“Todo lo que pique y nos convierta en dragones apangándonos con cerveza es celestial según la receta que nos viene de nuestros ancestros Lo que pique, lo que hiera, lo que estrague y hasta lo que violente”
“Fuego en la boca, intestinos en llamas, tacutacus con helio En la comida peruana por lo general, los extras se han apoderado del escenario y el protagonista yace debajo de una capa de sabores asesinos”
“Si es un arroz con pato, el pato es derrocado y el dictador el culantro Si se trata de un pedazo de bife troceado y con vocación de guiso viene la cebolla por arrobas y se apodera de la escena”
“La cocina peruana es un caos de sensaciones. No tiene el manejo mañoso de la francesa, que también apuesta a las salsas exageradas, pero que siempre le permite al actor principal prevalecer. No tiene la claridad de la exquisita cocina italiana, maestra de la sencillez hedonista. No tiene el minimalismo marítimo de la japonesa”
“la comida peruana viene de la demasía española y de la temeridad criolla. Solo un amor enorme por el peligro explica que aquí un cebiche sea un mero traicionado por ajíes que parecen drogas”
Resulta increíble, por decir lo menos, que al pobre Thays le hayan dado con palo, por su comentario y al gran Cesar Hildebrandt no lo hayan tocado ni con el pétalo de una rosa, respecto a su artículo ante citado, que no cabe duda, en relación a lo dicho por el escritor Thays Hildebrandt, es mucho más agresivo con nuestra gastronomía.
A mí solamente me queda decir que respeto a ambos, pero resulta imposible concebir que alguien no pueda disfrutar y quedar rendido ante un cebiche de lenguado, un tiradito, un lomo saltado, un arroz con pato, un pato en ají, una carapulcra huaralina, una papa a la huancaína, o una causa rellena..
La intolerancia es uno de los grandes males de la humanidad, respeto tanto al escritor Ivan Thays, como al periodista y mejor escritor César Hildebrandt, pero debo disentir con ellos, a mi sencillamente la comida peruana si me gusta.
Por: JOSÉ RAMOS CASAZOLA