El simulacro nacional de sismo que se inició a las 10 de la mañana, con el tañer de las campañas del Templo San Juan Bautista y el ulular de sirenas de los vehículos del serenazgo, las ambulancias y de la Compañía de Bomberos, que anunciaban el inicio de un movimiento telúrico de 8 grados en la escala de Richter, con una duración de un minuto, demostró que el mayor peligro es la incapacidad de quienes organizan las medidas preventivas.
Solo basta referirse que, el lugar designado como zona de seguridad para los trabajadores de la municipalidad provincial de Huaral, fue señalada en el frontis del edificio municipal en plena pista, con lo cual, frente a un sismo verdadero impedirían la libre circulación de los vehículos, como también, que quienes busquen protección en la zona señalada como de seguridad podrían ser víctimas de algún nervioso conductor que esté circulando, por ese lugar, en esos momentos.
Además, el lugar seguro demarcado con un círculo, ante un eventual derrumbe del edifico de 3 pisos, sería cubierto totalmente, aplastando a todos los que buscaran protección en ese lugar.