Una empresa californiana ha sacado a subasta la clonación de cinco perros, un lujo solo apto para millonarios dispuestos a pujar fuerte por la posibilidad de volver a disfrutar de la compañía de su «mejor amigo».
El precio de salida será 100.000 dólares para la primera sesión e irá subiendo hasta los 180.000 en la quinta ronda de una subasta que estará abierta las 24 horas del 18 de junio.
«Estimo que las pujas terminarán en una cantidad de seis cifras. Me sorprendería si fuese menos, y también si llegase al millón de dólares», aseguró a Efe el presidente de BioArts International, Lou Hawthorne, quien clonó a su propio perro para comprobar que la tecnología funciona.
BioArts obtuvo el pasado 16 de mayo los derechos mundiales sobre la patente de Start Licensing para replicar en exclusiva perros y gatos con la técnica desarrollada por el Roslin Institute para clonar a la famosa oveja Dolly.
«Nuestra capacidad productiva ahora mismo es muy limitada y tenemos mucha demanda, por eso decidimos hacer la subasta. Además, es difícil poner un precio a algo así, es parecido a una obra de arte, no hay una idea clara de su valor», comentó Hawthorne.
La empresa lanzó la puja pública por internet para sondear un mercado sin explorar y utilizará la experiencia para establecer una estrategia de futuro, aumentar su inversión, fijar unos precios o cerrar el proyecto si no tiene la respuesta esperada.
El programa de clonación, denominado «Best Friends Again» (Mejores Amigos Nuevamente), exige una muestra «fresca» de ADN de la mascota, que sería extraída por un veterinario siguiendo los requerimientos de BioArts y posteriormente enviada a su socio surcoreano Sooam Biotech Research Foundation, donde se realizaría la clonación.
«Si el código genético es de buena calidad las posibilidades de éxito son cercanas al 100 por ciento, especialmente cuando se obtiene de un animal vivo, si el perro ya está muerto es mucho mas complicado», explicó Hawthorne, que cuenta para el proceso con la experiencia del polémico científico surcoreano Hwang Woo Suk.
Los ganadores de la subasta tendrá que esperar alrededor de un año para ver la réplica de su querida mascota, hecha cachorro, y revisar su similitud con la original.
BioArts garantiza la devolución del dinero si el perro no cumple con las expectativas del cliente sobre su parecido físico con respecto al cánido del que se extrajo el ADN.
La empresa, que asegura que el perro llegará en perfecto estado de salud y se encargaría de los gastos sanitarios en caso de que el can sufriera alguna enfermedad durante su primer año con el dueño, puso especial énfasis en que se trataría de un perro nuevo.
«Es un animal distinto, no es el mismo perro, por lo que no recomendamos que la gente le ponga el mismo nombre que a su anterior mascota. Hay que volver a educarlo y fomentar los vínculos de cariño. Aunque esté predispuesto a reaccionar de forma parecida, el comportamiento depende de más factores que el genético», dijo.
Desde su experiencia personal, Hawthorne afirmó que volver a tener de nuevo en casa a un perro idéntico a la mascota perdida fue «maravilloso y divertido», en su caso tiene tres animales iguales y según sus palabras «se encuentran en perfecto estado de salud».
Hawthorne aclaró que la tecnología de clonación evolucionó mucho desde la oveja Dolly, que nació en 1996, y cuya muerte «no se puede decir que fuese una consecuencia directa de su origen».
Los derechos sobre la patente obtenidos por BioArts le garantizaron el monopolio de clonación de perros y gatos sobre 100 países de todo el mundo, lo que le permitirá acudir a los tribunales en caso de que otra empresa trate de entrometerse en su negocio.
Fuente: Diario El Comercio.