Un estudio muestra que ya se adornaban antes de que llegara el ‘homo sapiens’.
Neandertales y humanos modernos tenían la misma capacidad intelectual.
El análisis de las pigmentaciones de las conchas sugiere que fueron usadas como cosméticos. Los científicos señalan que esta es la primera vez que se reconoce en los neandertales la práctica de ornamentación del cuerpo, que los arqueólogos consideraban hasta ahora una conducta y un pensamiento simbólico característicos de los humanos modernos.
«Esta es la primera prueba concluyente de que hace unos 50.000 años -diez milenios antes de que se registrara la llegada de los seres humanos modernos a Europa procedentes de África – el comportamiento de los neandertales ya estaba simbólicamente organizado», ha afirmado Joao Zilhao, profesor del Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad de Bristol, en Reino Unido.
Según los autores del estudio, en el que han participado antropólogos españoles, portugueses y franceses, en las cuevas de Murcia se encontraron conchas del molusco Spondylus gaederopus que contenían residuos de pigmentación roja hecha con lepidocrocita y mezclada con hematita y pirita. Señalan que los elementos que forman este tipo de piedras son negros y reflectantes, lo que sugiere que con su uso se buscaba un resultado cosmético.
Asimismo, en la Cueva de los Aviones se hallaron concentraciones de un colorante amarillo, que probablemente se utilizó en cueros u otros materiales, y que estaba constituido por natrojarosita, un mineral de hierro también usado mucho después como cosmético en el Antiguo Egipto.
Según los científicos, ya se habían descubierto materiales similares en sitios vinculados a los neandertales, pero se creyó que habían sido robados por los neandertales a los homo sapiens modernos o constituían una especie de imitación. Ya antes el profesor Zilhao y sus colegas habían asegurado que se trataba de objetos neandertales genuinos que demostraban una evolución independiente.
Según el antropólogo, «las pruebas encontradas en Murcia eliminan las últimas nubes de incertidumbre que ponían en duda la capacidad intelectual de los neandertales«. Zilhao ha añadido que, «cuando se considera la naturaleza de los intercambios