Esta decisión se produce en un momento de grave escalada entre Harvard y el Gobierno en Washington por las acusaciones de este último de tolerar el antisemitismo en el campus, no dar cabida a discursos «alternativos» y empeñarse en aplicar programas de inclusividad sexual y racial, entre otras cosas.
El Gobierno de Donald Trump prohibió a la Universidad de Harvard matricular en adelante a estudiantes extranjeros, en una grave escalada en el conflicto que los enfrenta desde hace varios meses.
La decisión fue comunicada en una carta remitida a Harvard y firmada por la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, que reza: «Les escribo para notificarles que con efecto inmediato, el programa de la Universidad de Harvard de Estudiantes y Visitantes Extranjeros ha sido revocado».
«Es un privilegio, no un derecho, que las universidades admitan a estudiantes extranjeros y se beneficien de sus mayores pagos de matrícula para ayudar a engrosar sus dotaciones multimillonarias. Harvard tuvo muchas oportunidades de hacer lo correcto. Se negó», sostuvo Kristi Noem en su cuenta de ‘X’.
Crisis entre Harvard y la Administración Trump
Esta decisión se produce en un momento de grave escalada entre Harvard y el Gobierno en Washington por las acusaciones de este último de tolerar el antisemitismo en el campus, no dar cabida a discursos «alternativos» y empeñarse en aplicar programas de inclusividad sexual y racial, entre otras cosas.
Hace tan solo dos semanas, la secretaria de Educación de Estados Unidos, Linda McMahon, dijo que el gobierno no otorgará nuevas subvenciones a la Universidad de Harvard, alegando que la prestigiosa universidad se había «burlado» del sistema de educación superior del país.
En la carta dirigida al presidente de Harvard, Alan Garber, McMahon señala que la universidad se ha «burlado del sistema de educación superior» de Estados Unidos, por lo que Harvard «dejará de ser una institución financiada con fondos públicos».
Por su parte, el pasado mes de abril, Harvard demandó a la Administración Trump para impedir que el Gobierno cancelara 2.000 millones de dólares de fondos federales existentes.