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Nuevo Papa pidió a Fujimori pedir perdón a familiares de las víctimas de su largo gobierno

Nuevo Papa pidió a Fujimori pedir perdón a familiares de las víctimas de su largo gobierno

Robert Prevost es el nuevo Papa, bajo el nombre de LEÓN XIV. Hoy muchos lo recordaron como un sacerdote muy ligado al Perú. Hasta se encontró un video en que, como obispo de Chiclayo, pidió a Alberto Fujimori que pida perdón a cada una de las víctimas de su régimen.

Su firme mensaje destaca como un pedido de justicia, reparación y memoria. Dijo al respecto: “Tal vez de su parte, sería todavía mucho más eficaz, pedir perdón más expresamente, por algunas de las grandes injusticias que fueron cometidas y por las cuales él fue juzgado y sentenciado. Hay que pedir perdón y reconocer por medio de un auténtico diálogo con la verdad, porque el dolor de muchas familias, hasta ahora sigue vigente.

Yo sé que parte del problema que el país está viviendo, es precisamente por este dolor que todavía muchas personas sienten”, manifestó el Sumo Pontífice del catolicismo.

El 267º pontífice de la Iglesia Católica es el el estadounidense Robert Prevost, León XIV, como se le conocerá desde este día histórico. El nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955 es el primer pontífice de Estados Unidos pero también es peruano.

Sus primeras palabras al salir en el balcón de la plaza San Pedro: «La paz esté con todos vosotros».

Al recién elegido Papa León XIV, de 69 años, se le considera un moderado y fue cercano al Papa Francisco.

Robert Prevost llegó a Perú por primera vez como joven misionero agustino y, desde el país andino, partió como obispo rumbo al Vaticano.

Dejó Perú para sumarse al gobierno vaticano, donde dirigió el importante dicasterio para los Obispos, que tiene la destacada función de aconsejar al papa sobre los nombramientos de los jerarcas de la Iglesia.

Ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (OSA) en 1977 y profesó sus votos solemnes en 1981. Recibió la ordenación sacerdotal el 19 de junio de 1982, y poco después, en 1985, fue enviado a la misión agustiniana en Perú, lo que marcó el inicio de una larga y significativa etapa de su trabajo en América Latina. Su primer destino fue Chulucanas, donde se desempeñó como canciller de la Prelatura Territorial entre 1985 y 1986.

Después de un breve regreso a Estados Unidos como director vocacional y de misiones para la provincia agustiniana de Chicago (entre 1987 y 1988), volvió a Perú. Durante los siguientes diez años, dirigió el seminario agustiniano en Trujillo y enseñó derecho canónico en el seminario diocesano, donde también fue prefecto de estudios. También sirvió en diversas capacidades, incluido párroco, oficial diocesano, director de formación, profesor de seminario y vicario judicial en la arquidiócesis de Trujillo (de 1989 a 1998).


En 1999, Prevost regresó a Chicago y fue elegido prior provincial de la provincia “Madre del Buen Consejo”, según el College of Cardinals Report. Dos años y medio después, en el Capítulo General de los Agustinos, fue elegido prior general, cargo que ocupó durante dos mandatos consecutivos, hasta 2013. Ese liderazgo a nivel internacional dentro de su orden religiosa le ofreció una perspectiva global sobre los desafíos y dinámicas de la Iglesia.

Francisco lo nombró en 2014 administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, en Perú. Fue elevado al episcopado en 2015 y se convirtió en obispo de Chiclayo. Fue en ese año que obtuvo la ciudadanía peruana, algo que aumentó la expectativa en el país sudamericano por sus posibilidades de ser pontífice. El Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) de Perú confirmó en los últimos días que la institución tiene registrado como ciudadano a Robert Prevost. “Su DNI se encuentra vigente desde 2015”, afirmaron.

Durante su tiempo en ese país, también desempeñó un papel activo en la Conferencia Episcopal Peruana, al servir como segundo vicepresidente y miembro del consejo permanente entre 2018 y 2023. Como obispo de Chiclayo, se opuso a un plan del gobierno para añadir enseñanzas sobre género en las escuelas. “La promoción de la ideología de género es confusa, porque pretende crear géneros que no existen”, declaró a medios locales.

Aunque en Perú muchos lo elogian por apoyar a los inmigrantes venezolanos y visitar comunidades remotas, el cardenal en un momento quedó en el ojo del huracán por denuncias de presunto encubrimiento de sacerdotes acusados de abusos sexuales.

La diócesis de Chiclayo negó categóricamente todas las acusaciones, y apuntó a que la renovada campaña de desprestigio contra Prevost previa al cónclave estaba relacionada con la salida -presentada como renuncia- de José Antonio Eguren, exarzobispo de Piura y miembro destacado del movimiento católico ultraconservador Sodalicio de Vida Cristiana (SCV), con base en Perú y disuelto en enero pasado por decisión de Francisco por casos de abusos y maniobras financieras opacas.

Sobre los casos abusos que sacudieron a la Iglesia, el cardenal norteamericano reclamó “ser transparentes y acompañar a las víctimas”.

Entre sus excompañeros de adolescencia, no tienen dudas sobre las intenciones de Prevost. “Es increíblemente amable. Pienso en Robert como un alma compasiva. Tiene una agenda de bondad y compasión, igual que nuestro anterior papa”, dice John Doughney, otro graduado de la escuela primaria de St. Mary en 1969.

“En aquel entonces era bastante evidente que ese sería su camino”, añade, en referencia al sacerdocio de su antiguo compañero. “Para él, creo que era una verdadera vocación. E incluso siendo adolescente, sabía lo que quería hacer y adónde quería llegar”. Aunque seguramente Prevost llegó hoy mucho más lejos de lo que alguna vez pudo imaginar.

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