Sus padres la reconocieron por una antigua cicatriz y peritos forenses se encargaron de confirmar después su identidad. Carmen Rosa Pérez Vásquez, una emprendedora estilista, natural de la región San Martín, fue incluida por la Policía ayer en la ya larga lista de víctimas de feminicidios registrados en lo que va del año en nuestro país.
Tres días después de haber sido hallada sin vida en un área agrícola de la provincia limeña de Huaral, los agentes de la División de Investigación Criminal comprobaron científicamente que se trataba de ella.
Golpes y cuchilladas
El 14 de febrero último, Día de San Valentín, del Amor y la Amistad, Carmen Rosa apareció muerta al pie de un frondoso árbol, frente a sembríos de fresa, cerca de la fábrica de Arcor.
La habían golpeado sin piedad, a juzgar por los múltiples moretones que tenía, y luego la acuchillaron. Presentaba lesiones punzantes en los brazos y un profundo corte en el cuello.
Marden Pérez y Jesús Vásquez, progenitores de la infortunada mujer, pidieron a la Policía investigar a un sujeto conocido como ‘José’, expareja de la víctima, quien la acosaba sexualmente, pese a que ella ya no quería saber nada de él.
No habido
El mencionado individuo, cuyo nombre real ya es de conocimiento de las autoridades, se encuentra no habido y es considerado como el principal sospechoso del atroz crimen que ha conmocionado a la población local.
Se ha determinado que Carmen Rosa fue asesinada unos cuatro días antes de que fuera hallado su cadáver.
Residía sola en Lima
Ella domiciliaba sola en Lima metropolitana. Aún se desconoce en qué circunstancias llegó a la localidad de Huaral.
Los detectives no descartan que haya sido secuestrada por su expareja y victimada en algún lugar distinto al desolado sector agrícola en el que acabó.
Nacida en Juanjuí
Carmen Rosa Pérez Vásquez había nacido el 21 de diciembre de 1982 en el distrito de Juanjuí, provincia de Mariscal Cáceres, región San Martín.
Tenía secundaria completa, pero por falta de recursos económicos no pudo estudiar enfermería, como soñaba de niña.
Sin embargo, sí logró abrirse paso aprendiendo un buen oficio. Era estilista y tenía como meta poner su propio negocio, refieren quienes la conocieron. Su familia espera justicia.