Frida, es una niña de 10 años de edad que cursa el 5to. año de primaria en una institución educativa del distrito de Pucará – Huancayo. Ella es la última de siete hermanos y la pobreza no es una excusa en su vida para demostrar su gran deseo de superación.
Como todas las mañanas, la pequeña toma sus cuadernos y los acomoda en la manta de su madre. Y como si fuese un bebé, la carga en su espalda y muy entusiasmada se dirige a su escuela.
Según nos cuenta su profesora, Frida es una alumna muy aplicada y de grande sueña con ser una gran enfermera. Lamentablemente su padre es presa del alcohol y este sería el motivo para querer seguir esta profesión. «Profesora el alcoholismo se cura, me decía», nos comentó su maestra.
Frida tiene que caminar más de media hora para llegar a su centro de estudios y aunque parezca increíble, no es víctima de burlas (bullying) por parte de sus compañeros al verla con su peculiar «»mochila» de estudios. Esto sería la diferencia de estudiar en una institución educativa ubicado en una zona rural, donde la mayoría proviene de hogares humildes. Qali Warma también es un gran apoyo en estos lugares.
Ella es consciente de la necesidad económica en hogar, es por ello que en sus horas libres cuida a un vecino que sufre de discapacidad física y recibe una propina que entrega a su madre, quien para mantener a su familia se dedica a la crianza de cuyes, gallinas y cultivos menores. Afortunadamente la relación con su progenitora es muy estrecha, al igual que sus hermanos.
Hay mucho que contar sobre Frida, quien nos ha demostrado que no existe ningún impedimento para salir adelante y aunque ya cuenta con una mochila que le regaló su profesora, no deja de ser la niña cuyos sueños los lleva en una manta de colores.
