La genética, nuestros hábitos y el estrés con el que vivimos a diario son factores que contribuyen en la forma en la que funciona el metabolismo de cada persona. Aunque parezca increíble, bajar de peso está ligado a dichos factores, incluyendo, no solo lo que comemos, sino la cantidad de sueño que tenemos cada noche.
Las personas que no duermen lo suficiente en la noche se arriesgan a ganar kilogramos extra, no a perderlos, de acuerdo con John M. Jakicic, director del Centro de Investigación de Actividad Física y Administración de Peso en la Universidad de Pittsburgh en Estados Unidos.
No dormir lo suficiente puede reducir los beneficios de cualquier dieta, según un estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine. Para llegar a esto, se realizó un experimento en el que se sometió a un grupo de voluntarios a un menú completo por un mes y diferentes horarios de sueño. Cuando sus cuerpos recibieron el descanso adecuado, la mitad del peso que perdieron fue de grasa.
Sin embargo, cuando redujeron el sueño, la cantidad de grasa perdida se redujo a la mitad, a pesar de que seguían la misma dieta. Además, se sentían significativamente más hambrientos, estaban menos satisfechos después de las comidas y carecían de energía para hacer ejercicio.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más del 35 por ciento de las personas tienen falta de sueño. Cuando consideras que la estadística de obesidad es casi idéntica, es fácil conectar los puntos y descubrir que la conexión no es una coincidencia.
En un estudio de 2013 en Proceedings of the National Academy of Sciences se respalda esa teoría. Se encontró que las personas que no duermen lo suficiente son más propensas a tener hambre porque el cuerpo necesita más energía para permanecer despierto. Desafortunadamente, los que se comen el sueño tienden a consumir más de lo suficiente para compensar, lo que lleva a un aumento de peso.
“Las personas que descansan bien no se esfuerzan en todo el día”, dice Jakicic. Si tu cuerpo está desgastado, no vas a subir por las escaleras a tu oficina, y podrías estar menos motivado a ir al gimnasio. Menos actividad física significa menos calorías quemadas que, con el tiempo, puede llevarte a aumentar de peso.
Si no duermes bien en la noche, podrías causar desequilibrios hormonales que podrían hacerte sentir hambriento cuando realmente no necesitas comer.
“Las hormonas del apetito leptina y grelina se fabrican predominantemente durante el sueño, lo que significa que las personas tienen un menor sentido de saciedad si no obtienen suficiente sueño”, dice el médico Jacob Teitelbaum, autor de Real Cause, Real Cure: The 9 Root Causes Of The Most Common Health Problems and How To Solve Them (Causa real, cura real: las 9 causas de los problemas de salud más comunes y cómo resolverlos). Esa falta de saciedad desencadenada por las hormonas podría explicar los antojos a las 03:00 horas.
De acuerdo con Teitelbaum. “Cuando duermes, tu cuerpo tiene dificultad para ganar músculos y reparar y rejuvenecer el tejido. Mientras menos sueño obtengas, menos tiempo tiene tu cuerpo para estos procesos críticos”.
Los periodos de sueño cortos influyen en gran medida en los genes relacionados con la obesidad, cadenas de ADN asociadas con la saciedad, el uso de energía y la habilidad de procesar glucosa. Aunque este estudio no establece un tiempo adecuado de sueño, sí sugiere un parámetro de entre 7 y 8.9 horas por noche.
Cuando no duermes lo suficiente, aumentan los niveles de cortisol, la hormona del estrés que se asocia frecuentemente con la ganancia de grasa. El cortisol también activa centros de recompensa en tu cerebro que te hacen querer comer.
Al mismo tiempo, la pérdida de sueño hace que tu cuerpo produzca más ghrelina. Una combinación de ghrelina alta y cortisol cierra las áreas de su cerebro que lo dejan satisfecho después de una comida, lo que significa que tendrás hambre todo el tiempo, incluso si acabas de tener una gran comida.
Fuente: CNN