Luego de conocerse, de parte del propio Comandante PNP José Solano Grandez, que el Juez Orozco Huanaya del Juzgado de Huaral, había ordenado la libertad del agresor J. Navarro, causante de la desfiguración del rostro del Comisario, las reacciones de indignación de la población no se hicieron esperar.
Muchas personas comentaron a través de las Redes Sociales que este delito de violencia, resistencia y lesiones graves a la autoridad policial y al estado peruano, ameritaban una prisión preventiva del agresor, porque su acto es de extrema gravedad en contra el orden, la autoridad, la paz y la tranquilidad de la ciudadanía.
Cuestionaron duramente el simple argumento de “domicilio fijo y trabajo conocido”, para otorgar la libertad del agresor, porque se trata de un delito grave. Pusieron en tela de juicio la actuación del juez, recordando que justamente ayer, la Sala Penal Especial de la Corte Superior de Lima, condenó al Juez Wilbert Sánchez Vera a 3 años 8 meses de prisión efectiva, más el pago de 40 mil soles de Reparación Civil e inhabilitación, por dedicarse a liberar delincuentes.
“Hechos como este, son los que generan la desconfianza en el poder judicial, que redunda en un lamentable deterioro del sistema democrático, pues es el bastión a donde recurre el ciudadano en busca de justicia”, escribió un conocido ciudadano.