Fuente: América TV.
La construcción de la hidroeléctrica central, entre las provincias de Huaura y Oyón, ha ocasionado grietas en las chacras de los pobladores de la comunidad campesina de Huacho, por lo que sus cultivos han comenzado a secarse.
La empresa noruega Cheves es la encargada de la obra en la zona, ubicada a 140 kilómetros al norte de Lima, y podría generar un nuevo conflicto social. El lugar es netamente agrícola con altas potencialidades para la inversión.
Esta construcción utilizará las aguas de los ríos Huaura y Checras para generar 168 megavatios de electricidad. El contrato de concesión fue firmado en el 2010, en el gobierno de Alan García, pero empezó a construirse al año siguiente.
Pobladores aseguran que, según han avanzado las obras del túnel para generar energía para la hidroeléctrica, las chacras del cultivo que están en el cerro se están secando y ahora presentan grietas. En estas tierras los campesinos cultivaban choclo y palta, ahora son infértiles por los túneles que impiden que pase el agua.
En el estudio de impacto ambiental de Cheves, la empresa no consignó si el manantial que alimenta las tierras de cultivo corría algún riesgo.