Realmente conmovedor fue el último adiós que ayer le dieron cientos de personas al niño Pedro José Sánchez Pimentel, de 13 años, quien falleció tras sufrir una convulsión y ahogarse al descender por un tobogán en la piscina El Paraíso del Norte de Peralvillo.
Desde las diez de mañana en que se ofreció -en la iglesia de Cruz Blanca- una misa de cuerpo presente, el féretro del pequeño avanzó rodeado de una multitud, pero los instantes más impactantes fueron los que se vivieron durante el homenaje que tributó el colegio particular Divino Corazón de Jesús a quien fuese su alumno.
Directivos, docentes, padres de familia y los hasta hace poco compañeros de aula de ‘Pedrito’ dejaron caer sus lágrimas al observar cómo más de una vez la joven mamá del difunto, Karina Pimen-tel Seminario, lloraba y entre gritos repetía el nombre de su adorado hijo. La mujer tuvo que ser internada por Emergencia del Hospital General de Huacho y no se sabe si finalmente si vio sepultar a su ser querido.
CRÍTICAS
Como es de suponer, el establecimiento comercial en donde se suscitó este fatal hecho y la municipalidad en cuya jurisdicción está situado (Santa María), vienen recibiendo duras críticas por parte de la ciudadanía en general. Al primero lo cuestionan por no tener personal rescatista (al menos el día en que se produjo el deceso de Pedro no había) y a la segunda, por no haber fiscalizado las condiciones -de seguridad, sobre todo- en las que funciona este lugar, mas aún si hace poco nada más, el 23 de diciembre, murió otro niño.
Ecos Huacho.
