El Papa Francisco bautizó a 10 personas y las exhortó a llevar su fe «hasta los confines de la Tierra» mientras presidía el sábado la Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro.
La vigilia es una de las ceremonias más solemnes en el calendario de la Iglesia. El pontífice ingresó a la basílica oscurecida con una sola vela encendida en la mano, cuya luz compartió posteriormente con otros para iluminar lentamente el templo. La ceremonia, plena de símbolos, conmemora la oscuridad luego de la crucifixión de Cristo el Viernes Santo, y la alegría y luz por su resurrección el domingo de Pascua.
Francisco exhortó a los sacerdotes, obispos, cardenales y católicos en general reunidos esa noche a recordar la primera vez que encontraron su fe. «¿Lo recuerdo? ¿Lo he olvidado? Búsquenlo. Lo encontrarán. El Señor está esperando», afirmó.
El intentar recordar no es un acto de nostalgia sino más bien una forma de traer el «fuego» de la fe «a toda la gente, hasta los mismos confines de la Tierra», afirmó.
Después de su homilía, Francisco procedió a bautizar a cada uno de los 10. Inició con los hermanos italianos Giorgio y Jacopo Capezzuoli, de 8 y 10 años. «¿Quieren ser bautizados?», le preguntó a cada uno mientras sonreía.
Le preguntó lo mismo a los adultos conversos, que provenían de Vietnam, Bielorrusia, Senegal, Líbano, Italia y Francia.
Fue la segunda noche larga para Francisco después de la procesión del Viacrucis en el Coliseo durante el Viernes Santo. El pontífice argentino de 77 años tendrá algunas horas de descanso antes de celebrar la misa del domingo de Pascua en la Plaza de San Pedro.
Luego contará con una semana para prepararse a la otra celebración importante de la Pascua de este año: las canonizaciones de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II el 27 de abril. Se espera la asistencia de cientos de miles de personas.