A los 19 años, el estudiante Abel Cusihuamán Palacios encarna la fortaleza frente a la adversidad. Hijo mayor de una familia ayacuchana y huérfano de madre desde los 17, ha conseguido el primer puesto nacional del concurso Beca 18, programa del Estado que financia estudios superiores a jóvenes de alto rendimiento académico.
Los retos en la vida de este estudiante de Medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo han acompañado siempre. Desde pequeño, debido al trabajo de su madre, la profesora Cándida Palacios, pasó gran parte de la primaria en distintos colegios. Cuando terminó la educación básica, se mudó a la casa de su tía en Lima para prepararse en una academia.
Mi madre, recuerda Abel, fue un pilar esencial mientras me preparaba en Lima para postular a la universidad. “A veces me sentía asustado y mi madre me llamaba desde Ayacucho para decirme que puedo seguir adelante. Yo a veces no quería seguir porque la barrera era muy alta y no sabía si podía mejorar en esto [estudios], pero ella siempre me daba ánimos y ese empujón».
Lamentablemente su madre no pudo acompañarlo más en su carrera a la educación superior porque falleció. Su padre Edgar, contador en Ayacucho, y su tía en Lima se convirtieron en su soporte para continuar, aunque Abel siempre recuerda las palabras de aliento de su progenitora. El camino hacia la universidad fue un nuevo desafío en su vida.
«Vi una gran diferencia de nivel, la mitad de los cursos no los conocía», señala y reconoce que por esa razón permanecía estudiando hasta muy tarde. «Amanécete en la universidad, pero ahorita no”, le decía su tía, aconsejándole que primero durmiera bien, comiera mejor, encontrara su método.
Tras cuatro intentos, ingresó a Medicina en San Marcos con una de las notas más altas del proceso de admisión: 1456 puntos. Recordó las palabras que le dio su padre esa misma noche por teléfono desde Ayacucho. “Me felicitó por mi ingreso. Luego me dijo que yo lo merecía bastante porque me había esforzado en todo este proceso y que varias veces dejaba la diversión a un lado para poder estudiar e ingresar. Me dijo que me espera un gran futuro y que siga hacia delante con esa misma perseverancia”, relató a la Agencia Andina.
Con el ingreso en la Decana de América, fue su padre quien lo animó a postular a Beca 18, programa de Pronabec que financia estudios superiores a jóvenes talentosos y bajos recursos económicos. Motivado por esta nueva posibilidad, Abel se informó sobre los requisitos y decidió participar en el proceso. El concurso se desarrolla en dos momentos del año. Participó en el primer momento, pero no alcanzó ninguna vacante en la lista de seleccionados.
Nuevamente su padre y su tía le ayudaron a levantarme. «Me dijeron que no me desanimara, que yo era un chico perseverante y que había una segunda oportunidad», contó Abel. Y tuvieron razón. En el segundo momento del concurso, en este mes de mayo, consiguió vacante entre los más de 9 mil becarios seleccionados a nivel nacional. Quedó en el primer lugar con 148 puntos.
Considera que el haber presentado la constancia de ingreso a San Marcos hizo la diferencia a su favor en los puntajes. «Me sumaron 30 puntos, ya que San Marcos es universidad pública y porque está entre las top 10 a nivel nacional». Recordó las palabras de felicitación de su padre y se imaginó también lo que le hubiera dicho su madre no solo por su ingreso a la universidad sino por haber obtenido el puesto del concurso Beca 18.
«Ella ahorita está arriba y estoy seguro que me habría felicitado. Que habría corrido hacia mí y me hubiese abrazado y me habría dicho que yo merecía todas esas cosas que he logrado. Sin duda, me hubiese dicho que siga adelante», dijo con voz entrecortada.
Ahora que ya tiene la beca, Abel dice sentirse «más seguro y más confiado para estudiar». Y no es para menos. Esta beca que otorga el Estado peruano cubre los costos de estudio, útiles de escritorio, movilidad, alimentación y alojamiento, así como la titulación, una laptop, transporte interprovincial y estudios de idioma inglés en caso sea necesario.
Mejorar el sistema de salud en Ayacucho
Ahora Abel sabe que con su esfuerzo terminará la carrera de Medicina. Una de sus metas, al terminarla, es mejorar el sistema de salud de su natal Ayacucho. Planea hacer su especialización y volver a Huamanga. «Yo quiero especializarme en neurología. Me gusta bastante como funciona el sistema nervioso».
Desea que su especialidad no solo sea conocida y reconocida en Lima sino también en las demás regiones del Perú. «Sueño con llegar a donde el Estado no llega. Hay que llevar médicos hacia las regiones más olvidadas para que tengan un mejor sistema de salud”, señala con mucha firmeza y convicción.
Abel Cusihuamán sabe que los obstáculos que encontró en su vida le sirvieron para fortalecerse y se siente agradecido con todas las personas que lo apoyan y quieren. Conocer su historia puede ayudar a otros becarios a levantarse ante las derrotas. Por ello se dirigió a otros jóvenes como él que buscan una oportunidad para continuar con sus estudios: «nunca se rindan, sean perseverantes y luchen por sus sueños».