En medio del llanto y la indignación, los restos del pequeño Antuan Salvador, de tan solo seis años, fueron sepultados en el cementerio Campo Fe de Puente Piedra. El menor murió tras recibir un disparo en la espalda cuando sicarios atacaron una combi de transporte público de la línea 45 en la que viajaba junto a su madre en Independencia, cuando se dirigían a pasear.
La madre del menor llegó en silla de ruedas al cementerio, visiblemente afectada. No pudo mantenerse en pie al ver el féretro de su hijo. Durante la ceremonia, varios familiares también sufrieron descompensaciones por el dolor, y algunos tuvieron que ser atendidos por personal médico. En el cementerio, profesores, compañeros de aula, padres de familia y vecinos depositaron flores blancas sobre el ataúd.